viernes, 28 de junio de 2019

Las FARC-EP y el partido FARC



La guerrilla marxista que por más de 60 años había combatido al Estado, llegaba a su fin con la firma del Acuerdo de paz, firmado en el teatro Colón de Bogotá, el 24 de noviembre de 2016, este hecho representó que los guerrilleros se desplazaran hacia zonas veredales, para su concentración y luego cuya verificación estaba la ONU, quienes recibirían las armas, para fundirlas y crear una obra de arte, monumento que en el caso colombiano resulto ser todo menos un monumento que representará el significado de lo que simbolizo para los humildes, portar una arma en defensa y rebeldía, en contra del Estado.

Durante esos largo años de lucha, la guerrilla ideologizada, mantuvo un discurso marxista en contra de las políticas del Estado, el modelo económico y la falta de políticas públicas, generadoras de exclusión y asimetrías sociales. Mientras que el Estado le abre las puertas al gran capital, con el argumento de que la inversión extranjera genera empleo, desarrollo y con ello daremos el gran salto a una mayor equidad. Según se ha afirmado desde el Estado la inversión extranjera, permitirá construir escuelas en zonas alejadas, centro de salud y mayor empleo. Pese a esto, seguimos siendo el tercer país más desigual.

Por otro lado, estaba la inversión en seguridad y defensa, durante décadas, el conflicto interno se llevaba todo el presupuesto, con el fin de eliminar a la insurgencia, solo así lograríamos un mayor progreso y equidad. Los gobiernos argumentaron como único factor de desestabilidad y pobreza, la existencia de la guerrilla, no solo FARC sino ELN, y necesaria la participación de los grupos paramilitares, los cuales fueron arropados por el Estado, para eliminar de forma definitiva la insurgencia, esta larga confrontación armada le costo al país un número desconocido de muertos, lisiados, desplazados, por lo que se hacia necesario un acuerdo de paz, que diera el cierre definitivo al conflicto.

En este escenario ingresaron las FARC, no como insurgentes sino como partido político, reconocido y constituido como parte de los acuerdos de paz, en los que se estableció que 10 integrantes participarían en el congreso de la república, 5 en senado y 5 en cámara, durante 2 periodos presidenciales. Las FARC en su primer congreso constitutivo de partido, eligieron sus representantes y la participación, que no era muy diferente al antiguo secretariado, que había negociado el acuerdo, salvo algunos nuevos integrantes.  

Hasta este momento las FARC-EP había mostrado una solida organización, sus conferencias se caracterizaron, por avanzar hacia la toma del poder y la construcción de un nuevo país, pese a esto, la décima conferencia que, aunque debo decir, no conozco, se planteó en el nuevo escenario de la firma de la paz, dejó ver las primeras fracturas al interior del secretariado.

Esta división, en la que algunos medios dieron en llamar, de línea dura y blanda, permitió que el Estado en cabeza de Santos, empezara a torcer el acuerdo, no solo con la convocatoria al referendo, innecesario para la refrendación, pero si para darles a la extrema derecha, poder de decidir sobre lo acordado, finalmente, el acuerdo fue reformado, con lo que hasta el momento, se ha convertido en una colcha de retazos, que  se viene modificando desde el Congreso y las Cortes. 

Es decir, no fueron los actores del conflicto los que decidieron el acuerdo, esto ha generado, no solo el incumpliendo de lo pactado por parte del gobierno, sino que se ha entendido que el acuerdo se firmo solo para la insurgencia, por ello, no es importante cumplir y es a largo plazo según lo afirman los delegados del gobierno.  Todo lo que se ha derivado del acuerdo hasta JEP, viene sufriendo modificaciones, ha dejado a la mayoría de ex combatientes en el limbo, sin protección del Estado y sumados en la pobreza. Esto sin contar, con las amenazas de las que viene siendo víctimas y el asesinato de sus miembros.

Pero el incumplimiento del gobierno no se limita a desconocer el acuerdo y no poner en marcha la implementación, sino junto con EEUU, buscar la manera más expedita de extraditar a los firmantes; el caso Santrich, es el más representativo, el entrampamiento, que es la forma como los gringos buscan penetrar las organizaciones criminales e involucrarlas en un delito, para literal cogerlos con las manos en la masa, para este caso con la coca, busco como chivo expiatorio.

Esta trampa construida por el hombre fuerte de Santos y Uribe obedeciendo ordenes de los gringos, con el embajador a la cabeza, logró que al interior del partido FARC surgieran grandes diferencias, esto no solo, por la falta de liderazgo de Timochenko, sino por la semi clandestinidad en la que se encuentra Marquez y otros compañeros, lo que evidencia un profundo desgaste al interior del partido, los discursos de Timo que se alejan cada día de un representante político, parecen más bien, estar alineados con la extrema derecha y distante de sus compañeros, hasta el momento debo decir, no he leído una sola carta de Timo, donde maneje un discurso político que invite a la unidad y a la construcción de escenarios de cambio social.

Si bien, no todos los integrantes entraron en el proceso de paz, por diversas razones y la más importante por la falta de compromiso del gobierno, el bajo liderazgo de la dirección y el cambio de discurso político. Durante años su construcción ideológica se fundamento en los planteamientos marxista-leninistas, los cuales han venido desapareciendo de sus discursos, que, aunque las FARC, presentaron un documento que llamaron las tesis de abril, en concreto no se planteó nada.

Los congresistas en este año legislativo que acaba de terminar, tuvieron una presencia mínima, donde lo que más se vio fueron los insultos de la extrema derecha. Es decir, no lograron que se avanzara sobre la implementación, en sacar adelantes proyectos sociales, mientras que los ex guerrilleros concentrados en las zonas veredales, buscan como sobrevivir, no solo le huyen a la pobreza, sino al exterminio que desde diversos sectores ha venido cobrando víctimas.

Todo esto pasa, sin que el partido logre despegar, parece que este proceso de paz, fuera concebido solo para el secretariado y unos cuantos mandos medios, todos los demás, ha quedado atrás, razones por las cuales muchos de los antiguos guerrilleros no hacen parte del partido o no han sido llamados a participar, esta incapacidad se ha dado en las zonas donde la guerrilla tenía presencia. Es decir, debería contar con liderazgo y con ello candidatos para las elecciones de mitaca.

El partido FARC debe demostrar que tiene candidatos, las alianzas han demostrado durante años, que no construyen identidad política, no se trata de alimentar otros partidos u organizaciones sociales, sino lo contrario, fortalecer el partido con candidatos propios y proyectos políticos, sin abandonar la idea del cambio político.

Finalmente el partido parece que se ha ido distanciado de sus planteamientos políticos de guerrilla, lo que le puede significar una corta duración, con poco apoyo de las masas, quienes son las que deben enarbolar las banderas del cambio de régimen político, la falta de un líder con capacidad de aglutinar los distintos puntos de vista al interior del partido, están fraccionando, lo que  esta llevando a crecer las  disidencias, las renuncias y el poco apoyo de sus mismos integrantes.