viernes, 16 de diciembre de 2016

¿La política exterior de EEUU lucha contra el terrorismo o lo promueve?

Las imperiales desgracias de Washington en el extranjero más el ambiente de temor en el país contribuyeron con el inesperado triunfo de Donald Trump.
El último discurso del presidente Obama referente a las políticas extranjeras de la nación, pronunciado en la Base de la Fuerza Aérea de MacDill en Tampa, dejó expuesto su propósito en el lugar. La base es la sede para el Comando de Operaciones Especiales y para el Comando Central, ya que el primero desempeña un papel cada vez más importante en la lucha contra el terrorismo.
La síntesis del discurso parecía sostener la idea de que los Estados Unidos es y debería mantenerse leal a sus principios, cuando de combatir el terrorismo se trata. Al mismo tiempo, el congresista Ted Lieu, un demócrata californiano, se dirigió al secretario de estado, John Kerry, para advertirle que EEUU podría ser penalizado por crímenes de guerra, al contribuir con el bombardeo de Arabia Saudita en Yemen; Estados Unidos colabora al reabastecer de combustible los aviones en el aire. El congresista afirma que hay 70 incidentes registrados, en los que se incluye a mujeres y niños como objetivos. Yemen en sí jamás tuvo una crisis de refugiados durante los años de conflicto civil, hasta ahora debido al despiadado ataque saudita.
Y, ¿qué hizo Libia para sufrir la ira de EEUU?
Pues, luchar una guerra civil en donde las víctimas eran cientos y los rebeldes mismos no carecían de instigadores extranjeros. Vean a Libia hoy en día, una vez líder en África en cuanto al índice de desarrollo humano y ahora bombardeada hasta dejarla hecha añicos por la falta de un gobierno efectivo. A propósito, ¿cuál fue el valor estratégico (o si vamos al caso, táctico) de bombardear un precioso y costoso sistema de agua que traía agua desde el sur hasta de Trípoli?, y ¿cómo esto afectó al la población de Trípoli?. Ahora, por supuesto, aquellos libaneses que están en su capacidad, se dirigen hacia Europa. De hecho, los africanos subsaharianos que vendrían a Libia en busca de trabajo ahora van hacia Europa.
Pregúntenle a los libaneses a quién culpan por sus problemas y la respuesta llegará sin temor a equivocaciones, Estados Unidos es la causa principal de la destrucción del país. Pregúntele a los yemenitas y será igual. Es el país que suministra los aviones, las bombas, el combustible; sin todo esto no habría bombardeo aéreo. Pregúntenle a los sirios y como informó la radio pública nacional esta semana, ciertamente ellos no culpan al presidente Bashar Al Assad, puesto que sienten que él ha estado haciendo un buen trabajo manteniendo al país unido. No, ellos culpan a los saudíes, los estados del Golfo y las armas suministradas por la cabecilla de Estados Unidos.
Pregúntele a los somalíes. Gracias a la invasión patrocinada por los Estados Unidos y ejecutada por los etíopes, se destruyó la última oportunidad del país para estabilizarse, al prolongar los homicidios. Por otro lado, el régimen de la corte islámica no pudo haber escogido un peor nombre, el cual envía mensajes peligrosos por toda la administración de los Estados Unidos al sembrar terror a causa de los Talibanes o por un segundo acto de Al-Qaeda. Y no fue sino un callado y estudioso joven somalí que desató un ataque en la Universidad de Ohio hace apenas una semana; Trump estuvo allí hace poco para expresar sus condolencias y repetir su credo de “escrutinio extremo” en contra de la inmigración musulmana.
Pregúntenles a los iraquíes y a los afganos. Una vasta cobertura desde África del norte, a través de Yemen, Afganistán y Pakistán, está envuelta en los conflictos. Los cálculos aproximados de mortalidad en Irak varían desde 200.000 adscritos a la violencia hasta un millón atribuidos a los estragos de las guerras. Las víctimas generadas por la guerra en Afganistán alcanzan más o menos la cantidad de 111.000, según el Instituto Watson de la Universidad Brown, en conjunto con muchos heridos. Esto va en aumento dada la presencia de Estados Unidos durante 15 años. Las muertes entre la población a causa de las guerras no son fáciles de determinar, pero en Irak son propensas a ser aún más altas estas cifras.
La pregunta que cabe hacer es si las 19 personas, originarias principalmente de Arabia Saudita, son responsables de los ataques ocurridos el 9/11. Y, ¿para qué? En todo caso, la situación y el factor miedo en los Estados Unidos empeoró y esta es una de las razones por las que Donald Trump ganó. Entonces, ¿están estas políticas unilaterales luchando contra el terrorismo o están alienando a la población lo suficiente para convertirse en una causa inmediata?
Arshad M Khan
Tomado: LibreRed.net