miércoles, 7 de septiembre de 2011

La OTAN y la invasión latente: ¿será Latinoamérica la siguiente?

Añadir leyenda


Al iniciar la segunda década del siglo XXI, los países árabes inician una serie de rebeliones, exigiendo un cambio al modelo económico; acabar con la desigualdad social, la pobreza, mayores oportunidades para los jóvenes. Estas revueltas dieron lugar al derrocamiento de los gobiernos en Egipto, Túnez y se extendieron al Norte de África y medio Oriente y otros países entre ellos España e Israel.  Las revueltas espontaneas para el caso de Egipto y Túnez, se proponían el derrocamiento de los dictadores quienes habían permanecido en el poder por más de 30 años, cometiendo toda clase de abusos en contra de la población civil.

El fortalecimiento de la burguesía en el poder como en el caso de Egipto, había generado un deterioro en las condiciones de vida; profundizando la brecha en la desigualdad socioeconómica y la explotación laboral, razones que llevaron a las revueltas. Sin embargo, esta rebelión no resulto tan violenta como se esperaba; luego de  intervenir EEUU, a su principal aliado, y que constituye el eje del poder en la zona, Mubarak abandona el poder y convocar a elecciones,

Con el levantamiento de estos países árabes, se esperaba la caída de los dictadores, y por consiguiente un cambio en la política interna, con la llegada de un nuevo gobierno. Sin embargo, los cambios esperados no se han dado, y lo que es peor, los intereses de EEUU, que se identifican con el control del acceso a los pozos petroleros y gasoductos se han profundizado, lo que supone la continuidad del modelo económico y una mayor presencia de EEUU en el país con el argumento de impulsar la democracia.

Esta ola de levantamientos llego al Norte de África, se iniciaron las primeras protestas en contra del gobierno libio quien llevaba en el poder 42 años. Sin embargo, estas protestas evidenciaron  otro interés, la intervención directa de la ONU, con la resolución 1973, estableció que fuerzas de la OTAN, impidiera los vuelos sobre el espacio aéreo, con el fin de proteger a los civiles y apoyar a los “rebeldes” con armamento permitiendo hacer cualquier cosa, incluyendo la muerte de Gadafi y la toma del poder por parte del denominado Consejo Nacional de Transición (CNT) con la recuperación del país.

Si bien antes de la llegada de los “rebeldes” a Trípoli, EEUU ya había hecho público el reconocimiento. Las fuerzas de la OTAN, desplegaron ataques en contra de las fuerzas leales a Gadafi, con el fin de proteger los pozos petroleros y la toma del banco libio, es de recordar que Gadafi hizo pública su intensión de quitar el dólar y el euro proponiendo una moneda unificadora para África (el dinar de oro), acciones que demuestran los intereses de los países que apoyaron la invasión por parte de la OTAN. La forma cómo se reparten los hidrocarburos entre EEUU, Gran Bretaña y Francia. El discurso de proteger a los civiles quedo atrás, convirtiendo a Libia nuevamente una colonia del imperio.

El nuevo discurso de las Potencias especialmente EEUU, es el respaldo a las democracias, con ello según se plantea el respeto a las libertades civiles y a la libre competencia. Sin embargo, lo que se hace evidente es el saqueo de los recursos naturales y la imposición de gobiernos afines a sus políticas, quienes den pleno respaldo para saquear los recursos, ya sea de forma pacífica o por medio de la fuerza, para este caso es la OTAN ha posicionado un avance geoestratégico y lo que parece ser el nuevo orden mundial.

El nuevo colonialismo en América Latina

Si bien EEUU ha ejercido un control total sobre América Latina en el siglo XX, excepto en Cuba, los nuevos gobiernos de algunos países como Venezuela, Ecuador y Nicaragua. Plantean un distanciamiento con el imperialismo y la consolidación de lo que han llamado el socialismo del siglo XXI. Para ello, ha sido necesaria la implementación de políticas sociales, la nacionalización de los recursos naturales, entre otros.

Con el distanciamiento del modelo neoliberal y el fortalecimiento de las fuerzas productivas, se da un agotamiento a las estructuras burguesas; una elite delincuencial compuesta por banqueros, industriales y políticos profesionales, que se apropian de los recursos y monopolizan los beneficios de la energía, de la tecnología, de la ciencia, de los alimentos, de la educación y de la salud, dejando a las mayorías en la miseria y el desamparo[i]. El  nuevo modelo económico y social, se plantea una distribución más equitativa de los recursos, con la participación ciudadana.

Transformar la sociedad burguesa significa reemplazar sus instituciones de dominación y explotación por instituciones que consagren la participación ciudadana en todo su esplendor, lo que algunos han llamado democracia real. Sin embargo, este proceso de cambio enfrenta nuevos desafíos de orden interno; la desconcentración de la riqueza, la industria el comercio y las finanzas; y externo impedir la explotación colonial de las Potencias hacia los países del Tercer mundo.

Dentro de este contexto surge una nueva forma de colonialismo, por medio de la fuerza países como EEUU, amenazan con la guerra al encontrar impedimento al saqueo que durante años han venido haciendo de sus recursos naturales y financieros. Países como Cuba y Venezuela empiezan hacer incómodos, lo que podría resultar en una invasión militar.  

Para el caso de Colombia país “amigo”, la intervención de los EEUU, se da con el apoyo de las élites burocratizadas en el poder, que ha entregado a las transnacionales el agro, la minería, el petróleo, los biocombustibles y parte de su soberanía al permitir el ingreso de tropas norteamericana como parte de su lucha antiterrorista, que pretende reprimir por la fuerza los movimientos sociales. Sin olvidar la posición geográfica de Colombia, como parte de la geoestrategia, que intenta por medio de la vía militar profundizar un esquema de opresión y saqueo, para ello es necesario la militarización, que busca cercar la revolución cubana, impedir el desarrollo de la Venezuela bolivariana y acabar con el más antiguo proceso insurreccional colombiano.

Es aquí donde la OTAN entra a tomar parte, como lo vimos en el caso de Libia, cualquier argumento es válido para la invasión; una manifestación pública, será utilizada para presionar al gobierno a abandonar el poder o se verá enfrentado a una guerra y a la pérdida de soberanía, sin olvidar la existencia en toda la región de bases militares comandadas por la OTAN.

La nueva estrategia planteada por la ONU, es apoyarse en la resolución 1973, aprobada el 17 de marzo de 2011, con el argumento de defender a los civiles se inicia la ocupación militar. Como antecedentes se tiene la denuncia que EEUU hizo a Naciones Unidas sobre Cuba y Venezuela como países que violan los derechos humanos, restringen el ejercicio de la democracia y no colaboran con la lucha antiterrorista, lo que podría generar un ataque militar. El objetivo de la OTAN en Latinoamérica, son sus recursos naturales; el petróleo el 40%  que utiliza EEUU proviene de nuestra región y los minerales esenciales para el desarrollo de  tecnología, lo que convierte a la región en posible escenario de invasión y nuevas formas de esclavitud.


[i] Sobre el Socialismo del siglo XXI puede consultar Heinz Dieterich Steffan. El socialismo del siglo XXI. http://llibertatsolidaria.pangea.org/El%20Socialismo%20del%20Siglo%20XXI.pdf