Aún queda tela por cortar en el caso de Santiago Uribe Vélez. Cada vez aparecen más declaraciones que lo involucran con el grupo paramilitar de los 12 Apóstoles que operaba en el sector de Yarumal, Antioquia, durante la década de 1990.
Al parecer, los hechos quedaron casi una década olvidados y precluidos hasta que el capitán Juan Carlos Meneses ex comandante de la Policía en Yarumal declaró sobre el accionar de este grupo de autodefensas, constituido por empresarios, ganaderos, paramilitares y miembros de la fuerza pública.
Si bien la denuncia hecha por Meneses se hizo en el 2010, desde el 2007 había pruebas y testimonios con los que se podía haber reabierto el caso mucho antes.
Testimonios como el de Olguán de Jesús Agudelo Betancur, quien hizo parte de ese grupo paramilitar, y los del capitán Meneses dejan en entredicho la celeridad de varias administraciones de la Fiscalía, que se hicieron de la vista gorda con este caso, hasta que en la jefatura de Montealegre se dio trámite.
El testimonio de Agudelo involucra a Rodrigo Pérez Álzate, más conocido como Julián Bolívar, una de las cabecillas de las AUC, con el accionar de los 12 Apóstoles.
Bolívar pagó una condena de ocho años, aunque todo apunta a que el exparmilitar no confesó totalmente la verdad de su accionar y sus vínculos con la clase política e industrial del país, como fue anunciado por la Corte Suprema de Justicia. Sin embargo, un juez de Bogotá le otorgó la libertad el año pasado.
Un hecho que resonó en varios sectores judiciales es que Pérez Álzate fue de los pocos jefes paramilitares que no fue extraditado a la los Estados Unidos. Ahora parece que este hecho fue el premio por su silencio.
Por otra parte, la Procuraduría y la defensa de Santiago Uribe han pedido el cierre de este caso al decir que el grupo de los 12 Apóstoles no existió, por lo cual los cargos que se le imputan al hermano menor de expresidente Uribe son falsos.
Asimismo han descalificado los testimonios del coronel (r) Enrique Eliodoro Martínez, el policía (r) Alexander Amaya, don Berna y Salvatore Mancuso quienes han mencionado el accionar del grupo y sus relaciones con las fuerzas militares, los empresarios y la clase política de la región.
Aun así, siguen las indagatorias, la recolección de testimonios y pruebas que cada vez sacan a flote que los círculos paramilitares tenían un vínculo con la finca La carolina y su dueño.
Tomado: Agencia Prensa Rural
