jueves, 9 de julio de 2015

Expertos rusos en política desconfían de las intenciones de EEUU en Cuba

Una estrecha cooperación con Estados Unidos podría resultar en un cambio de régimen para Cuba, advirtió un investigador titular en el Instituto de Problemas de Seguridad Internacional en Moscú.
Entrevistado por la agencia RIA-Novosti, Aleksei Valerievich Fenenko, miembro del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales, dijo que a partir de ahora “todo dependerá de la política de las autoridades cubanas”.
“Si ejercen alguna rigidez y cautela, el cambio de régimen puede ser evitado”, dijo. “Pero si asumen que los norteamericanos han comenzado un siglo de amistad, entonces, después de un tiempo, Estados Unidos seguramente organizará un cambio de gobierno”.
Confiar, pero verificar
En efecto, el consejo de Fenenko concuerda con el proverbio ruso “Confiar, pero verificar” que el presidente Reagan citó en la década de 1980 cuando negociaba con la Unión Soviética. La Habana puede ser amistosa con Washington, sugirió Fenenko, pero debiera asegurarse de que no es engañada por su vecino del norte.
No se puede hablar de un “gran progreso tangible” entre La Habana y Washington, dijo Fenenko. Su nueva relación proviene de la comprensión de los norteamericanos de que “están perdiendo su casa –Latinoamérica”.
“Así que Obama necesita demostrar al menos algún éxito visible para mostrar que sus esfuerzos en la región latinoamericana no fueron en vano. Obama no se convertirá en héroe, pero al menos será reconocido como tal”.
Es más, al comienzo de su discurso del miércoles, Obama dijo que la normalización de las relaciones con Cuba serviría para “comenzar un nuevo capítulo con nuestros vecinos en las Américas”. Más tarde dijo que “líderes de todas las Américas han expresado apoyo a nuestro cambio en política”.
Ningún “boom económico”
Los dólares norteamericanos “no fluirán como un río hacia Cuba”, dijo Fenenko. No ocurrirá un boom inversionista hasta que los norteamericanos puedan lograr el cambio de régimen. Recuerden lo que era Cuba antes de 1959: caña de azúcar, tabaco y prostitución. “Estas áreas –quizás– recibirán un boom inversionista”.
Rusia “perderá muy poco” si pierde a Cuba a manos de EE.UU., cree el experto.
“Dejamos Latinoamérica en 1987 o 1988. Desde entonces no hemos sido un participante activo. Por supuesto, Cuba continuará siendo nuestro socio en el futuro previsible, si los norteamericanos no organizan un cambio de régimen –algo que no puede descartarse.
“Pero no se puede decir que Cuba desempeña un papel clave en nuestra arquitectura de seguridad y en nuestra estructura de relaciones internacionales”.
¿Una revolución de colores en ciernes?
Boris Aleksandrovich Shmelev, jefe del Departamento de Política Internacional y Relaciones Internacionales de la Academia Diplomática de Rusia, brinda una opinión similar.
La restauración de las relaciones EE.UU.-Cuba “es un reflejo de la situación real”, dijo a Economics Today. “Hace mucho que Obama había prometido normalizar las relaciones con Cuba y él cumplió su promesa. Las sanciones y el embargo económico no dieron resultado y el régimen de los hermanos Castro no fue depuesto. Por tanto, una política como esa en la actualidad es anticuada”.
“El hecho abre una nueva página en las relaciones entre los dos países, pero por el momento no está claro como será llenada de contenido esa página”.
Según Shmelev, Cuba se encuentra en una difícil situación económica, “así que podemos suponer que Estados Unidos está considerando la posibilidad de organizar una ‘revolución de colores’ en la Isla a fin de llevar al poder a fuerzas que estén orientadas hacia Estados Unidos –una aparente alusión a disidentes dentro del gobierno.
El miércoles, Obama habló de “algunas diferencias muy serias” entre EE.UU. y Cuba, y subrayó “el apoyo imperecedero de Estados Unidos a los valores universales, como libertad de palabra y de reunión, y la capacidad de acceso a la información.
Pero una declaración oficial del gobierno cubano exigió “que sean eliminados los programas [norteamericanos] que buscan promover la subversión interna y la desestabilización”.
Cuidado con los descontentos
“Esa ‘revolución de colores’ puede que no suceda mañana o pasado mañana. Pero el terreno se preparará”, dijo Shmelev. “Hablo acerca de gente que está dentro del sistema. Hay mucha gente descontenta en Cuba, de ahí la emigración a Estados Unidos, que es provocada por las poco halagüeñas circunstancias económicas en la Isla”.
“Pero hasta ahora no está claro o bajo qué circunstancias surgirán las condiciones para una ‘revolución de colores’ que sacuda el régimen político”.
El papel de Rusia hoy en los asuntos de Cuba es desdeñable, dijo Shmelev.
“Después del colapso de la Unión Soviética, comenzamos a exigir el pago de deudas, decidimos que Cuba era un lastre para Rusia, nos comportamos de manera muy tonta y ahora estamos pagando el precio, mientras tratamos de restaurar las relaciones.
“Sin embargo, ni el intercambio de visitas entre [el presidente Vladimir] Putin y Raúl Castro, ni nuestro programa de cooperación y asistencia a Cuba pueden solucionar los problemas económicos de la Isla –y esta es exactamente la clave de la estabilidad del actual régimen político”.
La carencia de jóvenes líderes políticos visibles en Cuba es “particularmente aguda”, dijo Shmelev, “y no está claro quiénes reemplazarán a los veteranos. Ese es un hecho que determinará el futuro de Cuba, [determinará] a quién acudirá Cuba, y cómo afectará el futuro de las relaciones ruso-cubanas”.
El presidente de la DUMA no considera que exista un problema
No hubo ninguna declaración el jueves por parte del ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov, pero Sergei Yevgenevich Naryshkin, presidente de la Duma rusa, dijo que la reanudación de las relaciones EE.UU.-Cuba no obstaculizarían las relaciones entre Moscú y La Habana.
“Nos encontramos en una relación bilateral por medio de varios grupos de integración, en aras de la cooperación”, dijo Naryshkin, quien visitó Cuba a principios de mayo.
“Cooperamos con otros, no contra otros. Lo mismo se aplica a nuestra interacción con Cuba”.
Ese sentimiento fue repetido por Emilio Lozada García, embajador de Cuba en Rusia quien, en la presentación el jueves en la Duma de un libro acerca del presidente Raúl Castro, expresó “nuestra firme convicción de que Rusia puede confiar en Cuba como un país fraternal. Lo cual siempre será, independientemente de las circunstancias, como ha sido hasta ahora”.
Tomado: tercerainformacion