martes, 8 de marzo de 2016

El foco en Libia se extiende a sus vecinos

En los ataques contra edificios públicos y destacamentos policiales del pueblo de Ben Guerdane, de los que también participaron jihadistas tunecinos, resultaron muertos 36 de ellos, 11 policías y 7 civiles.
Túnez sufrió ayer ataques simultáneos y “sin precedentes” en una región vecina de Libia, en los que murieron al menos 36 jihadistas, 11 miembros de las fuerzas de seguridad y 7 civiles. De esta manera la guerra que afecta a la mayoría de los países árabes parece haber llegado a este país que durante muchos años logró mantener la paz. El país ya había sido golpeado el año pasado por atentados mortíferos. Las autoridades tunecinas anunciaron el cierre de su frontera con Libia, donde el caos político ha permitido prosperar a los jihadistas del grupo Estado Islámico (EI), y reforzaron las patrullas terrestres y aéreas en la región.
“El objetivo de este ataque era trastornar la situación en materia de seguridad en nuestro país y establecer un emirato de ‘Dáesh’ (acrónimo en árabe del EI) en Ben Guerdane”, dijo el jefe del gobierno Habib Essid. “Pero, gracias a todos los esfuerzos, a la cooperación entre nuestro ejército nacional y las fuerzas de la seguridad interior, la reacción fue fuerte y rápida”, añadió.
Los ataques, registrados al amanecer, tuvieron por objetivo un cuartel del ejército, una comisaría de la policía y un puesto de la guardia nacional en Ben Guerdane, una localidad de 60.000 habitantes situada a escasos kilómetros de la frontera con Libia donde desde la invasión que derrocó a Khadafi se expandió una guerra civil entre varios bandos y grupos tribales.
En un balance aún provisional, los ministerios de Defensa e Interior señalaron que 36 jihadistas, 6 guardias nacionales, 3 policías, 1 aduanero y 1 soldado murieron en los enfrentamientos. Al menos otros 7 civiles perdieron igualmente la vida en circunstancias no establecidas.
El número de jihadistas que participaron en los ataques no fue precisado, pero las autoridades dijeron que había todavía operaciones “en curso para perseguir a los terroristas”, de los cuales 7 fueron detenidos.
Ayer, el presidente tunecino, Beji Caid Essebsi, condenó este ataque “coordinado” y “sin precedentes”, que quizá tenía como objetivo “controlar” la región. “Los tunecinos están en guerra contra esta barbarie y estas ratas que vamos a exterminar (...) definitivamente”, agregó en declaraciones transmitidas por la televisión pública.

TOQUE DE QUEDA NOCTURNO

Las autoridades decretaron un toque de queda en Ben Guerdane, entre las 19 y las 5 horas locales, y el primer ministro Essid, que se entrevistó con el presidente Essebsi, pidió a los habitantes que estuvieran atentos.
Las escuelas y oficinas públicas estaban cerradas en Ben Guerdane, según testigos, mientras las fuerzas del orden patrullaban en las calles e incitaban por megáfono a los habitantes a permanecer en sus casas. Sobre algunos tejados se podía ver a soldados montando guardia.
Hacia el anochecer, continuaban los intercambios de disparos en el lugar. Un poblador de la localidad comentó a una radio privada que se había cruzado con hombres armados que dijeron “pertenecer al EI”. “Nos ordenaron decir: ‘Alá Akbar (Dios es grande)’, y lo dijimos”, declaró.
Imágenes que circulan por internet mostraban a algunos habitantes observando y aplaudiendo a los soldados que participaron en los enfrentamientos con los jihadistas que llegaron de Libia. “¡Viva Túnez! ¡Dios es grande!”, gritaban mientras se escuchaban todavía disparos.
Entre las víctimas civiles de los enfrentamientos figura un niño de 12 años, precisó un responsable del hospital de la ciudad, Abdelkrim Chafrud.
Además del cierre de los puestos fronterizos por un tiempo indeterminado, las autoridades también cortaron durante la mañana la carretera costera que lleva de Ben Guerdane a Zarzis (norte).
Desde la revolución de 2011 Túnez debe hacer frente al auge de un movimiento jihadista responsable de la muerte de decenas de policías y de soldados, así como de turistas extranjeros. En 2011, una fuerte movilización espontánea, que fue denominada en todo el mundo como la “primavera árabe” depuso a anciano dictador y reinstauró un sistema democrático. Túnez es un país que tiene tradición laica en el contexto de los países árabes. El surgimiento de los jihadistas es posterior a estos cambios

BOMBARDEO DE EE.UU. EN LIBIA

Por lo menos, 5 jihadistas armados provenientes de Libia murieron en Ben Guerdane cuando la guardia nacional tomó por asalto la vivienda en la cual se habían atrincherado. Un civil falleció debido a una bala perdida, y un comandante resultó herido. Las autoridades informaron que cuatro de esos hombres eran de nacionalidad tunecina, y que en los procedimientos fue incautado de un verdadero arsenal: fusiles Kalashnikov, cinturones de explosivos, municiones y granadas caseras.
Francia y Alemania condenaron los ataques. El presidente francés François Hollande destacó: “Francia está junto a Túnez que, una vez más, fue atacado por ser un símbolo”.
Por su parte, el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, denunció un nuevo intento “de desestabilización de la democracia tunecina”.
Túnez, que tiene más de 5000 ciudadanos en las filas de organizaciones jihadistas en el extranjero según diversas estimaciones, expresa regularmente su preocupación sobre la situación en Libia. Para tratar de protegerse, el gobierno tunecino terminó hace poco la construcción de un “sistema de obstáculos” en cerca de la mitad de los 500 km de frontera común entre los dos países.
Los puestos fronterizos ya habían estado cerrados a finales del año pasado durante 15 días tras el atentado suicida contra la guardia presidencial en Túnez (12 muertos), reivindicado por el EI.
Tomado: Pagina/12