miércoles, 19 de noviembre de 2014

Labriegos colombianos reclaman reactivación del proceso de paz PDF Imprimir E-Mail

 Campesinos colombianos demandaron hoy el restablecimiento de las conversaciones entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), como única salida para finalizar el conflicto armado.

El avance de las negociaciones fue una noticia esperanzadora para las comunidades rurales, que sufren a diario la confrontación, entre las balas, los desplazamientos y otros flagelos, por lo que invitamos a los ciudadanos a movilizarnos para exigir que terminen los enfrentamientos, no los diálogos, subrayó un comunicado rubricado por labriegos del valle del río Cimitarra, en el departamento del Magdalena medio.

En opinión de los firmantes, el cese de las hostilidades es una necesidad para detener el derramamiento de sangre entre hermanos.

Suspender las pláticas es un error toda vez que el presidente Juan Manuel Santos decidió dialogar bajo la guerra, enfatizó la declaración publicada por el portal digital de la agencia Prensa Rural.

Los equipos negociadores -añadió el texto- no deben abandonar la mesa de encuentro hasta la firma del acuerdo de paz.

Esa sociedad campesina recordó que este miércoles se cumplen dos años del inicio de los diálogos en La Habana, como resultado de los cuales las partes lograron consensos en los temas de reforma rural integral, participación política y drogas ilícitas.

Nuevamente está en riesgo el sueño de paz de los agricultores y de todos los colombianos, por lo que demandamos la reanudación del proceso con las FARC-EP y el inicio de gestiones similares con el Ejército de Liberación Nacional.

La confrontación armada dejó más de seis millones de víctimas, entre ellos unos 230 mil muertos, desplazados, torturados, secuestrados y desaparecidos.

Santos suspendió el diálogo en la capital cubana a raíz de la desaparición del general Rubén Darío Alzate en las inmediaciones del caserío Las Mercedes, situado en el departamento de Chocó, a donde viajó de civil y sin escolta por el río Atrato.

Tras cuestionar la presencia del Comandante de la fuerza de tarea Titán en la zona, violando los protocolos establecidos, responsabilizó a las FARC-EP con lo que llamó el secuestro de un alto militar.

Según el ejército colombiano la región está clasificada como roja, por la presencia de tropas de esa agrupación.

El movimiento insurgente reivindicó la víspera la retención del general, junto a otras dos personas, mientras transitaban por el área de operaciones de guerra.

Sus representantes en la mesa de negociaciones expresaron disposición para contribuir a solucionar esta situación.

Adicionalmente manifestaron voluntad para continuar con celeridad las conversaciones en Cuba.

Tomado: Prensa latina