Gran Bretaña y la anfitriona Australia criticaron ayer la actitud de Rusia en la crisis ucraniana, en víspera de un G-20 con aires de Guerra Fría, con navíos rusos ante la costa australiana y advertencias de Moscú contra Francia. En un discurso ante el Parlamento australiano, el primer ministro británico, David Cameron, advirtió a Rusia que se expone a más sanciones si no se compromete a resolver la crisis en Ucrania.
Cameron, igual que su homólogo australiano Tony Abbott, utilizó palabras fuertes contra el presidente ruso Vladimir Putin, que llegó ayer a Brisbane. “Rusia se comporta como un gran Estado que agrede a los más pequeños estados en Europa”, afirmó el jefe de gobierno británico.
Abbott denunció por su lado el incremento de las actividades militares rusas en todos los frentes, y citó la aparición de varios navíos de la marina rusa en el norte de las costas australianas. “Que se trate de agredir a Ucrania, de vuelos de aviones militares en el espacio aéreo de Japón o de los países europeos, y ahora de la presencia de su fuerza naval en el Pacífico Sur, Rusia está más segura de sí misma de lo que ha estado desde hace mucho tiempo”, dijo.
“Rusia sería mucho más atractiva si aspirara a ser una superpotencia por la paz, la libertad y la prosperidad, en lugar de intentar recrear la gloria perdida del zarismo o de la Unión Soviética”, añadió el premier australiano. La OTAN confirmó esta semana las afirmaciones del gobierno de Kiev, que acusa a Rusia de haber desplegado tropas y material militar en las regiones del este de Ucrania, controladas por los rebeldes prorrusos, algo que Moscú niega con firmeza.
Tomado. Pagina/12