jueves, 21 de enero de 2016

“Estaba en medio de una operación cuando EEUU bombardeó el hospital”

En la primeras horas del 3 de octubre de 2015 un avión militar de Estados Unidos bombardeó un hospital en Kunduz, Afganistán, de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
El cirujano Mohammed Safi Sadiqi estaba en medio de una operación durante el bombardeo. Aquí describe lo que ocurrió:
Esa noche había entre seis a ocho cirujanos trabajando en el hospital. Nos habíamos dividido en dos equipos y decidimos que cada cirujano debía dormir al menos cuatro horas.
Había unos 390 pacientes en el hospital, así que trabajábamos de manera constante, sin parar.
Era el turno de operar de mi equipo. Habíamos programado unas 40 operaciones y cuando cayó la primera bomba creo que íbamos por el paciente número 30 o quizás 32.
Estaba operando a un paciente que tenía un impacto de bala en la pierna. La herida no representaba una amenaza inminente para su vida; si hubiéramos completado la operación hubiera dejado el hospital.
Ya casi había terminado cuando comenzó el bombardeo.
Creo que la primera bomba cayó en la unidad de cuidados intensivos, a solo seis metros de la sala de operaciones donde yo estaba. Cuando impactó todo lo que estaba en las paredes se cayó. También caían cosas del techo y las ventanas explotaron.
Se apagaron las luces en todo el hospital. De golpe un enorme panel de madera cayó del techo justo encima del paciente al que estaba operando. Todos salimos corriendo.
Salí por la puerta más cercana a la sala de esterilización. Algunos que optaron por otros caminos no sobrevivieron.
No podía haber hecho nada por el paciente al que estábamos operando. Estaba bajo anestesia y hubiéramos necesitado dos o tres personas para moverlo. No había tiempo. Tuvimos apenas segundos para escapar antes de que cayeran más bombas.
Pero sí ayudé a otro paciente, un niño de 12 años quien había logrado escapar con nosotros a la sala de esterilización.
Éramos como unas nueve personas en esa pequeña habitación. También había un guardia que vino de afuera. Estaba gritando del miedo que tenía.
Todo ocurrió en un lapso muy breve de tiempo, por lo que fue difícil entender lo que estaba pasando. Había mucho pánico. Era un asunto de vida o muerte.
No puedo decirles cuántas bombas estallaron, pasó tan rápido. Vi flashes alrededor del edificio y podíamos oír las explosiones por todos lados. El edificio comenzó a incendiarse después de unos 10 o 15 minutos.
Yo tenía tanto pánico y temor que no sabía qué hacer. Llamé a mi familia para hablar con ellos y tratar de olvidar lo que estaba ocurriendo.
Llamé a mi hermano mayor. Le conté exactamente donde estaba y dije: “No sé si viviré o moriré, pero si muero puedes encontrar mi cuerpo muerto aquí”. Él trataba de calmarme. “No te preocupes, quédate tranquilo”, me dijo.
Le dije: “Si conoces a cualquier ministro, a cualquiera que tenga conexiones con el ministerio, quien sea, solo diles lo que está ocurriendo. Es solo un hospital, haz que paren el bombardeo”. Después de ese llamado me sentí un poco más calmado.
No sé cuánto tiempo estuvimos allí dentro. No miramos el reloj pero nos dijeron que el bombardeo comenzó a eso de las 02:00 y eran cerca de las 03:00 cuando comenzaron a llamar desde el exterior, diciendo que el ataque había concluido.
Cuando salimos el hospital estaba en llamas, con excepción del área donde habíamos estado. Es un edificio pequeño pero por algún motivo esa sala de esterilización no fue tan dañada como el resto del hospital, así que sobrevivimos.
El resto del edificio estaba colapsando. Barrotes de acero caían al suelo, el yeso de las paredes explotaba y las ventanas se rompían. Juntamos a todos los heridos – había unos 35, algunos de gravedad.
Inmediatamente comencé a ayudar a uno de los médicos, el Dr Amin, quien tenía una herida grave y había perdido mucha sangre.
Teníamos que hacer algo para ayudarlo así que nosotros, los doctores, decidimos volver a entrar al edificio en llamas, ir a la sala de operaciones, para buscar las herramientas que necesitábamos.
Logramos conseguir todo y empezamos a operarlo pero el Dr Amin no sobrevivió. Murió unos minutos después.
Todo el mundo actuó con tanta valentía. Cuando oíamos cualquier ruido, había alguien ahí para ayudar.
Uno de los limpiadores incluso volvió a entrar para ayudar a alguien en la sala de cuidados intensivos. No teníamos opción, simplemente teníamos que cuidarnos unos a otros.
Llamamos a todo el mundo pidiendo ayuda porque teníamos de 35 a 40 pacientes que necesitaban asistencia.
Llamé con insistencia a otro hospital para pedirles que enviaran ambulancias porque había algunos heridos de gravedad que morirían si no los operábamos en dos o tres horas.
Después de hacer varios llamados acompañé a algunos de los pacientes hasta este hospital, en ambulancia, y allí comencé a operar a los heridos.
Uno de nuestros colegas, un enfermero, sangraba, así que lo prioricé a él y traté de frenar el sangrado.
Estaba tan cansado que me costaba mantener los ojos abiertos. No podía ver sus venas para frenar la hemorragia. Pero tenía que tratar de salvar su vida y eventualmente lo logre. Él sobrevivió.
Estuve en el quirófano hasta las 10.00, trabajando de manera constante. Obviamente después de eso paré.
Nadie pudo acercarse al hospital destruido por días. Todavía había combates en la ciudad y era demasiado peligroso. Así que se tardó unos seis o siete días retirar los cuerpos.
Todo el equipo que trabajaba esa noche aún sufre por el trauma. Algunos están buscando ayuda profesional, algunos están medicados.
Incluso hoy, cuando escucho una explosión, siento mucho miedo.
Tomado:BBC Mundo/ LibreRed.net