sábado, 30 de enero de 2016

Libia: casi dos millones de personas demandan asistencia humanitaria

El funcionario reveló que incluso en los hospitales que funcionan se percibe una “carencia extrema” de personal sanitario y una “muy escasa” disponibilidad de medicamentos.
Asimismo, denunció la “falta de vacunas” por lo que los índices de inmunización están cayendo considerablemente y hay miedo de que puedan surgir brotes de enfermedades como el sarampión.
El Oakley indicó, además, que se ha detectado un aumento de los casos de tuberculosis, malaria, VIH-sida y otras enfermedades a causa de que “el sistema de vigilancia ha colapsado”.
“Además, el flujo de inmigrantes provenientes de África no cesa. Y como no hay seguridad ni control, nadie los controla y por supuesto no se les hacen test sanitarios”, agregó el ministro.
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo el 37 por ciento de los centros de atención primaria está funcionado; un 49 % lo hace parcialmente; un 10 por ciento no funciona, y un 4% se está rehabilitando.
Ante esta situación, el ministro se lamentó de “que el Banco Mundial siga considerando a Libia un país rico porque tiene petróleo”.
“Hace unos años sí que vendíamos 1,7 millones de barriles de petróleo diarios, pero ahora solo (se venden) unos 300.000. Si se nos considerara un país pobre podríamos beneficiarnos de la ayuda de Gavi (la Alianza para las Vacunas) o del Fondo Mundial para la Lucha contra la Malaria, el SIDA y la Tuberculosis, pero actualmente no”.
Además, Oakley se lamentó que la ONU considere a Libia “un país de alto riesgo, porque así nadie viene a ayudarnos, ningún funcionario internacional se queda permanentemente”.
El ministro pidió que “más allá de los problemas políticos del país y del eventual acuerdo para alcanzar un gobierno de unidad nacional, el mundo debe reconocer y reaccionar ante la emergencia humanitaria.
“El proceso político pude durar meses o años, pero la respuesta humanitaria no debería esperar para resolverse”, sentenció.
Hasta el derrocamiento de Muammar Al Gaddafi, Libia era una potencia africana y uno de los países con los mejores niveles de vida en el continente negro.
Con el asesinato de Gaddafi en mano de mercenarios apoyados por la OTAN, el país se sumergió en el caos. Esta semana, el Parlamento libio con sede en Tobruk votó en contra del nuevo Gobierno de unidad nacional propuesto el pasado martes por el presidente del Consejo presidencial designado por la ONU, por lo que el proceso sigue paralizado.
Ante esta situación, el primer ministro designado de Libia, Fayez al-Sarraj, propondrá dentro de diez días al Parlamento un nuevo Gobierno.
“A petición del Parlamento, Fayez al-Sarraj (responsable del Gobierno provisional) propondrá una composición más restringida del Gobierno de unión nacional”, dijo a la AFP Fathi Ben-Issa, consejero del Ejecutivo, explicando que “respetaremos el plazo de diez días”.
Desde 2014, en Libia, existen dos gobiernos: uno en Trípoli y otro en Tobruk, reconocido por la comunidad internacional.
Tomado: tercerainformacion