miércoles, 11 de enero de 2012

A Santos no le interesa la Paz


Frente a la propuesta que hiciera esta semana las FARC-EP al presidente de continuar los diálogos de paz que se quedaron en el Caguan, a su vez ampliar los temas de interés nacional como las privatizaciones, la desregulación del comercio, la doctrina militar entre otras. El presidente responde: “No queremos más retórica, el país pide hechos claros de paz. Que se olviden de un nuevo Caguán”, manifestó Santos a través de su cuenta en Twiter. Ese mismo argumento podrían esgrimir las FARC, pues el proceso de paz en el Caguan se rompió no solo por las FARC, sino por los acuerdos que Pastrana firmo con los EEUU, sobre cooperación militar y el Plan Colombia.

Es de entender que para Santos la paz no es un tema que merezca atención. En  primer lugar; siendo la paz un tema de importancia nacional, Santos lo minimiza, al responder por su cuenta en twiter. Segundo; la paz no debería ser un tema que se maneje al libre arbitrio de un mandatario, sino de la sociedad civil. Tercero;  Santos cree que la guerra en contra de las FARC-EP esta ganada, y solo es factor de unos cuantos meses, ese discurso le ha servido tanto a él como a su antecesor, para ganar “popularidad”, por ello desprecia una eventual mesa de diálogo y negociación, además le garantiza 4 años más en el poder.

Sin desconocer que a Santos le benefician más las situaciones de guerra que de paz, con ello, mantiene al país en estado de inestabilidad, y se evita legislar sobre política social, que son la base para avanzar hacia un país justo y equitativo. A su vez, se terminaría con la clase política burocratizada, para darle paso a un nuevo sistema político, acorde con las necesidades de las mayorías y en función del desarrollo del país, se terminaría los acuerdos entre EEUU y Colombia sobre la ayuda militar. Así mismo, se impediría el saqueo que hoy ostentan las multinacionales sobre los recursos naturales,  con ello el discurso de generar “confianza inversionista” no tendría sustento.

Por otro lado, un proceso de paz tendría que dar como resultado la disminución del ejército nacional, el interrogante que surge es sí ¿el ejército estaría dispuesto a desmontar todo el aparato militar que se ha creado con el argumento de acabar a las FARC?, pues la cúpula militar al igual que cualquier político se ha burocratizado y establecido vínculos con narcotraficantes y paramilitares, lo que les ha dejado grandes beneficios. Sin olvidar el armamento y la tecnología de punta. Sin duda, Colombia ha creado un andamiaje en torno a la guerra, que tendría que desmontar al cual Santos y la clase política no están dispuestos a renunciar.

En consecuencia, un proceso de paz no beneficia a la clase política, ni los intereses de las multinacionales de EEUU y su hegemonía. Pero sí a la gran mayoría de colombianos, que le apuestan a un nuevo país.