miércoles, 24 de febrero de 2016

Al menos 140 personas murieron en Siria en ataques reivindicados por el Estado Islámico

Al menos 140 muertos y decenas de heridos graves fue el saldo de una serie de atentados en Siria, reivindicados por el Estado Islámico. Por lo menos 83 personas fallecieron según la agencia de prensa siria en ataques que tuvieron lugar en Sayeda Zeinab, cerca de un santuario chiita donde está el mausoleo de una nieta de Mahoma. Más temprano, en la ciudad de Homs, otros atentados provocado al menos 57 muertos, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). El Estado Islámico (EI) reivindicó en diferentes comunicados su autoría en los ataques. Estados Unidos, en tanto, anunció un acuerdo con Rusia sobre los términos de un alto el fuego. Después de la fallida tregua anunciada hace apenas diez días, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, informó ayer que alcanzó un nuevo “acuerdo provisional” con Moscú para garantizar un cese de las hostilidades en Siria en los próximos días, una promesa que, por ahora, no impacta en los combates en el terreno.

Desde Amán, donde se reunió con su par jordano, el canciller Naser Judeh, Kerry anunció en una conferencia de prensa que selló un “principio de acuerdo” con su colega ruso, el ministro de Relaciones Exteriores, Serguei Lavrov, y explicó que casi se acordaron las modalidades para un alto el fuego. “Estamos hoy más cerca de un cese el fuego”, aseguró en enviado de Obama, que desde hace días trata de concretar con Moscú la aplicación del acuerdo internacional concluido en Munich el 11 y 12 de febrero. Kerry y Lavrov son los artífices del acuerdo en Munich del Grupo Internacional de Apoyo a Siria (ISSG, por sus siglas en inglés). En virtud del acuerdo, los 17 países y tres organizaciones multilaterales participantes acordaron un “cese de las hostilidades” en Siria “de aquí a una semana”, que comenzaba a regir el 19 de febrero. Sin embargo, ese punto cayó en saco roto y los combates continuaron en Siria. Moscú, firme aliado del régimen de Bashar al Assad, advirtió el sábado que seguiría ayudando al ejército sirio a combatir a los terroristas.

El viernes pasado la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), la principal coalición opositora siria en el exilio, emitió un comunicado desde su sede en Arabia Saudita para informar que estaba dispuesta a sumarse a una eventual tregua, si ésta contaba con la intermediación y garantías internacionales. En un comunicado, la CSN advirtió además que la tregua “no entraría en vigor sin la suspensión de los combates entre las diferentes partes al mismo tiempo, el levantamiento del bloqueo y la llegada de ayuda humanitaria (a las localidades asediadas), y la liberación de los presos políticos, especialmente los niños y mujeres”.

Un día después, Kerry y Lavrov hablaron por teléfono y durante esa conversación concretaron progresos en la redacción de un borrador con una serie de opciones para el cese de las hostilidades, aunque la propia oficina del secretario de Estado norteamericano advirtió entonces que no habían llegado a un acuerdo definitivo sobre una eventual tregua.
Las palabras de Kerry pronunciadas ayer en Amán parecen indicar que hubo avances. Sin embargo, no es la primera vez que esto sucede con la guerra siria. El 11 de febrero pasado, los cancilleres de Estados Unidos y Rusia anunciaron una tregua para suspender temporalmente los ataques y combates en Siria, y permitir así que toneladas de ayuda humanitaria llegase a los cientos de miles de civiles que están encerrados en pueblos y ciudades asediadas o que quedaron en medio de la línea de fuego de la peor guerra en Medio Oriente en décadas. La tregua fue anunciada con bombos y platillos, pero nunca se concretó en el terreno.

Ayer el anuncio fue más cauteloso y, por ahora, no parece haber tenido algún efecto dentro de Siria, donde los combates y los ataques continuaron. Al final de la tarde, cuatro explosiones sacudieron el barrio de Sayida Zeinab en la periferia sur de Damasco, según la organización pro opositora con sede en Londres, el OSDH para los Derechos Humanos. La agencia de noticias local Amaaq, vinculada a la milicia extremista del EI, informó que los ataques fueron realizados por dos combatientes suicidas de ese grupo armado y por un coche bomba. No está claro qué provocó la cuarta explosión, en esta seguidilla de ataques que marca el segundo gran golpe que vive Sayida Zeinab en las últimas tres semanas.Esta localidad se encuentra 10 kilómetros al sur de Damasco y, por ser sede de una importante mezquita chiíta, está bajo la protección especial de la milicia libanesa aliada del gobierno sirio, Hezbolá. Su importancia religiosa y su población mayoritariamente chiita han convertido a esta ciudad en un objetivo muy deseado por las milicias insurgentes islamistas sunnitas que pelean contra el gobierno sirio. Horas antes, las Fuerzas de Siria Democrática (FSD), una coalición de milicias kurdas y árabe apoyada por Estados Unidos, había logrado avanzar y tomar nueve pueblos al sur de la ciudad Al Shadadi, en la provincia nororiental siria de Al Hasaka, lindante con Irak, según informó el OSDH.

Mientras los combates siguen en esa zona, en un intento desesperado por recuperar el control de la frontera con Irak y cortar así por la mitad el dominio territorial del EI, hacia el oeste, el frente de batalla alrededor de la ciudad de Alepo sigue provocando muertos y miles de desplazados que escapan hacia la frontera turca, que ahora se mantiene cerrada.
El Observatorio informó que al menos 50 combatientes del EI fallecieron en las últimas 24 horas en los alrededor de Alepo en combates entre el Ejército y milicias aliadas, por un lado, el EI, por otro, y varios grupos insurgentes moderados e islamistas, por otro. En tanto, más al sur, cerca de la frontera con Líbano, al menos 57 personas murieron ayer y varias decenas resultaron heridas en un doble atentado en el centro de la ciudad de Homs, según informó el OSDH.

En un comunicado informó que las explosiones fueron causadas por dos coches cargados con explosivos que estallaron en el barrio de Al Zahraa, zona civil de mayoría alawita, minoría a la que pertenece el presidente Al Assad. Al menos 28 de las víctimas eran civiles, según pudo comprobar el Observatorio. Naciones Unidas advirtió en reiteradas ocasiones que la población civil se convirtió en la principal víctima de este complejo conflicto que ya lleva casi cinco años y dejó más de 260.000 muertos y más de la mitad del país sin un domicilio fijo.
Tomado: tercerainformacion