La CIA y entidades similares operan bajo la compulsión de obtener la mayor cantidad de información posible, algo necesario para contrarrestar las amenazas del adversario, pero a la vez ejercen su poder mucho más allá de las atribuciones legales, añade el texto firmado por la periodista Ruth Marcus.
Los servicios de espionaje tuvieron un fuerte tropiezo y están hoy asediados “gracias al legado sórdido del programa de interrogatorios mejorados de la CIA, y las actividades de vigilancia masiva de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA)”, agrega el texto.
La articulista señala el escándalo que salió a la luz esta semana, después que la senadora demócrata Dianne Feinstein, presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, acusó a la CIA de espiar las computadoras de los legisladores, mentir y robar para bloquear un informe sobre las cárceles y los métodos de tortura de ese organismo.
Marcus añade que el golpe de gracia que dio la agencia fue enviar un reporte al Departamento de Justicia en el que acusa a algunos asistentes de senadores federales de violar las leyes con el fin de obtener información clasificada para su pesquisa acerca de las ilegalidades de ese organismo de espionaje.
El texto añade que la inteligencia debe actuar dentro de los límites legales y está obligada a mantener la prudencia, dictada por lo que la sociedad puede tolerar en términos de crueldades como el método de ahogamiento simulado o waterboarding de la CIA, o el espionaje doméstico masivo de la NSA.
Tomado: tercerainformacion