Rusia denunció ayer el accionar de “guerrilleros” de un grupo radical antirruso en el este de Ucrania, un comentario que podría allanar el camino a una mayor intervención militar de Moscú en esa ex república soviética, más allá de la actual ocupación de la península de Crimea.
Según Moscú, este grupo de extrema derecha antirruso, que estuvo a la vanguardia de las protestas opositoras en Kiev al hoy depuesto presidente Viktor Yanukovich, sigue armado y está atacando a manifestantes en algunas ciudades en el este del país, una región de mayoría de rusoparlantes.
Por su parte, Estados Unidos reiteró ayer a través del portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, que Rusia debe mostrar “evidencias concretas” de que está preparada para reunirse con el nuevo gobierno ucraniano, si quiere avanzar en el proceso de reducción de las tensiones en Ucrania. El portavoz reconoció que el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, había conversado el sábado por teléfono con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, sobre un posible encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, en territorio ruso, pero agregó que Rusia debía mostrarse comprometida con una solución diplomática primero.
Durante este fin de semana, miles de manifestantes de Lugansk, Donetsk y el puerto de Odesa salieron a las calles para pedir un referendo similar al que las autoridades crimeas convocaron para el próximo domingo y que podría determinar el ingreso de la península a la Federación Rusa. En Lugansk, incluso, los manifestantes asaltaron la sede del gobierno local y echaron al gobernador, que hacía apenas unos días había sido designado por el nuevo gobierno interino de Kiev.
A su vez, entre 20 y 30 hombres armados irrumpieron ayer en el hospital militar, donde amenazaron a los trabajadores y a los pacientes, una treintena de soldados ucranianos y veteranos. La operación sería parte de una serie de movimientos militares de las tropas rusas, con el fin de consolidar su control sobre la península de Crimea de cara al referéndum convocado para el próximo domingo 16 de marzo, para decidir sobre la anexión a Rusia. Otros hombres armados, supuestamente miembros de las Autodefensas Rusas en Crimea, entraron en un puesto naval ucraniano en la península y dispararon tiros al aire. En el cercano puerto de Sebastopol, soldados rusos desarmaron a militares ucranianos en una base de misiles, según un portavoz militar ucraniano. El vocero de las fuerzas armadas de Ucrania, Vladislav Selezniov, dijo a Canal 5 de ese país que unos 200 soldados llegaron al edificio en unos 14 camiones militares y amenazaron con asaltarlo si los ucranianos no entregaban sus armas.
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