Las empresas, gremios,
medios de comunicación y multinacionales que operan en Colombia han lanzado una
campaña con la que se pretende sensibilizar a los colombianos en torno al tema
de la paz, con frases como soy capaz de apostarle
a la paz; entre muchas otras.
La iniciativa parece
loable, entendiendo la polarización de la que ha sido víctima el país. Sin
embargo, si nos detenemos a analizar de donde surge tal campaña surgen las
dudas, pues, un país no se cambia con frases que inviten a pensar en cuanto
somos capaces de aportarle a la paz, la retórica no es suficiente. Si tenemos en cuenta que son las principales
compañías que directa o indirectamente las que han contribuido al derramamiento
de sangre.
No solo con el apoyo a
grupos paramilitares, sino la forma como han desconocido a los empleados,
sindicatos, obreros, y la forma como han negado sus derechos con despidos
masivos, salarios de miseria, que no contribuyen a la paz.
Son estos mismo
empresarios los que cada año hacen recorte de personal y se niegan a pactar
salarios acordes a la realidad nacional, son estos mismos los que son capaces
de despedir obreros, empleados o mujeres embarazadas, desconociendo los
derechos que los asisten, alegando recorte de personal o cualquier otra excusa
con el ánimo de negarle su derecho al trabajo o la sindicalización.
También son estos
empresarios y gremios los que se escudan en una función social cualquiera que
sea, para por medio de esta dejar de pagar los impuestos al Estado, lo mismo
hace el gobierno cuando es capaz de darle exenciones tributarias a las multinacionales que se llevan los
recursos naturales, sin que el Estado se beneficie o las comunidades que
albergan estos recurso. Por lo contrario, estas comunidades se ven altamente
perjudicadas con el deterioro del medio ambiente, los residuos que deja la
explotación, sin contar con la falta de movilidad.
La campaña ha planteado
ponerse en los zapatos de los demás, será que un empresario es capaz ponerse en
los zapatos de un obrero y con el salario de miseria que recibe, atender sus
gastos los de su familia y no solo esto trabajar sin descanso las horas
reglamentarias, cualquiera dirá que de eso se trata la división del trabajo, que
así opera la producción, en fin.
Sin olvidar que los
medios de comunicación que también han unido a tan emblemática campaña, la
cuestión es, será que son capaces de dejar de apostarle a la guerra, no solo
cuando desinformar o toman partido en defensa de los grupos de poder o
magnifican las noticias con el fin de incidir en la opinión pública, sino
frente a su negativa en los diálogos y la forma como pretender desinformar. Son
capaces los medios de dejar de utilizar su poder en favor de la guerra, eso
sería realmente importante, pero, si de lo que se trata es de una campaña que
lo único que pretende es un beneficio propio con un slogan publicitario.
Pues para lo único que
ha servido la campaña soy capaz es para que todos los empresarios gremios,
medios lancen sus productos es así como el presidente de coca cola afirmo que
la empresa sacará al mercado botellas blanca, como símbolo de paz, realmente
esto es lo que necesitamos.
Lo que parece con esta campaña es que los
empresarios ya quieren apropiarse de manera abusiva de nuestro deseo de paz, con ello empiezan a vender las camisetas de
soy capaz, la publicidad a gran escala que anuncia soy capaz, pero abajo
presenta su nuevo producto, jamás los empresarios han dicho que son capaces de
comprometerse con los obreros y empleados, serán que para este nuevo año son
capaces de mejorar el salario mínimo o las condiciones laborales. O será que
las multinacionales que operan en el país son capaces de dejar de explotarnos y
pagar lo justo y desligarse de los grupos paramilitares que les hacen el
trabajo sucio, cuando los obreros protestan, o serán que son capaces de
permitir la sindicalización.
Eso sí sería realmente
una campaña de apostarle a la paz, podría cambiar sus frases por realidades.
Los colombianos ya sabemos de qué son capaces, antes que pretender darle
lecciones de optimismo a los colombianos deberían dejar de apostarle a la
guerra, las frases ya las conocemos lo que no conocemos son los hechos.
Una pregunta final será
que los empresarios son capaces de cambiar este país, de acuerdo a las reformas
sociales y políticas que se requieren para salir de la guerra, cual va ser su
contribución o solo nos van a vender camisetas con frases vacuas.