Colombianos víctimas de los sucesos de Bojayá calificaron este martes de conmovedor el acto de solicitud de perdón protagonizado por miembros de las insurgentes FARC-EP, quienes reconocieron su responsabilidad en ese trágico episodio que dejó 79 muertos.
Se trata de un primer paso camino a la reconciliación nacional y la construcción de confianza en torno al proceso pacificador, aseguró uno de los voceros de esa comunidad chocoana, muy castigada por el conflicto interno.
La víspera, en una ceremonia íntima, sin presencia de la prensa, integrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), pidieron excusas por los fatídicos hechos del 2002 a los habitantes de Bojayá, entre ellos huérfanos, viudas y otros pobladores.
En medio de un combate con paramilitares, un cilindro bomba lanzado por esa tropa rebelde cayó accidentalmente sobre la iglesia de Bellavista, causando la muerte a familias reunidas en la parroquia.
En una declaración divulgada este lunes, los perjudicados pidieron la creación de una comisión de alto nivel, encabezada por el Ministerio del Interior, a fin de dar cumplimiento a una serie de solicitudes, entre ellas la identificación y entrega de los restos de los fallecidos.
Además pidieron atención médica para las 110 personas que resultaron heridas así como condiciones para su total rehabilitación.
Otra de las peticiones fue la construcción de un panteón y de una casa de la memoria.
Durante la ceremonia en Bojayá, Chocó, el Alto Comisionado para la Paz de Colombia, Sergio Jaramillo, aseguró que el Estado deberá reconocer igualmente su culpabilidad en los acontecimientos, ya sea por acción u omisión, al igual que los grupos paramilitares.
Testigos recuerdan que aquella noche los paramilitares que se enfrentaban a la guerrilla utilizaron la iglesia como escudo humano; los lugareños tampoco han olvidado que fueron muchas las alertas enviadas a la Fuerza Pública y distintas entidades estatales para que evitaran la tragedia, pero nunca hubo respuesta, comentó el portal digital del diario El Espectador.
El pasado 3 de septiembre, la Sección Cuarta del Consejo de Estado confirmó la condena a la Nación por la mascare de Bojayá, el fallo pidió investigar la responsabilidad de la comandancia de las FARC-EP, del paramilitarismo, del propio presidente Andrés Pastrana y de la cadena de mando de las Fuerzas Militares.
Eso nunca debió ocurrir, insistió el comandante guerrillero Pastor Alape ante los vecinos de Bojayá.
Desde el 2012 representantes gubernamentales y de las FARC-EP dialogan en Cuba para hallar una salida concertada a la confrontación bélica, la cual dura más de medio siglo y ha ocasionado la muerte a unos 300 000 ciudadanos.
Tomado: Granma
