Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de ese país suramericano prosiguen hoy en Cuba las conversaciones de paz, centradas en el tema de la participación política.
Ambas partes iniciaron la víspera un nuevo ciclo de las pláticas que acoge el capitalino Palacio de Convenciones, y que tienen a Cuba y Noruega en el rol de garantes y a Venezuela y Chile como acompañantes.
Poco antes de comenzar otra jornada del diálogo, las FARC-EP afirmaron ayer que al gobierno de su país no le interesa defender al campesino pobre, sino los derechos del capital.
En un comunicado leído por el miembro de la delegación guerrillera Andrés París, la insurgencia señaló que esa realidad se deduce del "tratamiento infame" a las justas protestas de los pobladores del Catatumbo, en esa nación suramericana.
El equipo de la guerrilla consideró que "la inaplazable reforma agraria ligada al anhelo de paz no puede quedar reducida a una burla de poderosos grupos económicos, banqueros y propietarios de emporios azucareros".
Al recordar fragmentos del acuerdo parcial sobre tierras alcanzado a finales de mayo entre ambas partes, las FARC-EP sostuvieron que "es hora de empezar a cumplir y dejar de reprimir".
Campesinos de la norteña región del Catatumbo realizan protestas -que han sido reprimidas por la fuerza pública colombiana-, para exigir mejores condiciones de vida en una zona abandonada por el Estado durante más de siete décadas.
Por su parte, Humberto de la Calle, jefe de la delegación del Gobierno a las pláticas, reiteró que lo acordado en el ámbito agrario supera la visión de una reforma agraria y busca crear transformaciones reales para cerrar la brecha entre el país rural y el urbano.
De eso se trata exactamente: de transformar la realidad de nuestro campo una vez pactemos el fin de la guerra, enfatizó.
Con respecto al ciclo que comienza, centrado en el segundo punto de la agenda, expresó que está destinado a impulsar acuerdos sobre la participación de la guerrilla desarmada en la política.
Refirió que la insurgencia "deberá responder por todo lo ocurrido en medio del conflicto", y que, de pactarse un acuerdo final, "podrán hacer política, sin armas, en democracia, una vez se hayan desmovilizado".
De la Calle dijo nuevamente que las conversaciones se dan en medio del conflicto y no hay cese al fuego; y que cuando finalice la discusión de los temas de la agenda y se tenga un acuerdo general este será sometido a la refrendación de los colombianos.
La agenda de las pláticas incluye otros aspectos, como la atención a las víctimas, el problema del narcotráfico y el fin del conflicto armado.
Tomado: Prensa Latina