Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de ese país suramericano concluyen hoy otro ciclo de las conversaciones de paz que tiene por sede a la capital cubana desde noviembre último.
El 1 de julio pasado ambas partes iniciaron el onceno capítulo de las pláticas -que tienen a Cuba y Noruega en el rol de garantes y a Venezuela y Chile como acompañantes-, centradas en el segundo punto de la agenda (participación política).
Durante los días recientes, la delegación de la insurgencia divulgó sus 11 propuestas mínimas para la reestructuración democrática del Estado y la reforma política, como parte de las discusiones en el tema actual del programa pactado.
En el capitalino Palacio de Convenciones, sede permanente de los acercamientos, el equipo de la insurgencia abogó por que esa reestructuración se acompañe del diseño de un cuarto poder, el Poder Popular.
Entre otros temas, figuraron igualmente el rediseño de los mecanismos de participación ciudadana y reforma a los procesos de descentralización, rediseño del orden jurídico-económico, y reconversión de las Fuerzas Militares y de la Policía Nacional.
Mencionaron otros tópicos como la reforma democrática a la justicia, la elección popular de los representantes de los organismos de control y de otras instituciones públicas, y la reforma política democrática y electoral.
Las FARC-EP reiteraron además su propuesta de aplazamiento del calendario electoral y de convocatoria a una Asamblea Constituyente, como vías para garantizar el éxito de las conversaciones de paz con el Gobierno.
La administración ha rechazado en reiteradas ocasiones la posibilidad de una Constituyente y, por otro lado, refirió a principios de ciclo que para que haya participación de las FARC-EP en política son necesarias garantías de su parte de que dejarán las armas.
El jefe del equipo gubernamental, Humberto de la Calle, indicó que se requieren también garantías de parte del Estado, para su seguridad una vez ingresen a la vida civil y para que hagan oposición dentro de la legalidad.
Al respecto, el miembro de la delegación insurgente Pablo Catatumbo señaló en junio último que la guerrilla está dispuesta a dejar las armas en caso de solución política al conflicto.
La agenda de las conversaciones incluye, además de la cuestión agraria (ya discutida) y la participación política (en discusión), la atención a las víctimas, el problema del narcotráfico y el fin del conflicto armado.
Tomado: Prensa latina