En Junio de 2002 el gobierno de Israel decidió levantar unmuro de 700 kilómetros de longitud a lo largo de la frontera con Cisjordania. La construcción por parte de Israel del denominado "Muro del Apartheid" en Cisjordania constituye una grave violación de los derechos humanos y al Derecho Internacional, ya que ha fragmentado el territorio palestino física y políticamente.Tiene un impacto desastroso en el desarrollo económico y social de Palestina y socava las perspectivas de independencia palestina. El muro ha fomentado la sordera israelí hacia la lucha palestina, oculta y cercada con alambre de púas, se ha convertido en la imagen de resistencia a la ocupación.
En las comunidades rurales de Cisjordania cuyas tierras fueron confiscadas para la construcción del Muro de Apartheid, iniciativas locales de resistencia civil han evolucionado. Mientras que esta resistencia no ha impedido la construcción del Muro, en algunos casos ha logrado alterar el trazado de la construcción. Los comités populares contra el Muro, movimientos nacidos desde la civilidad, se han convertido en la fuerza principal de la resistencia palestina. Ejemplos y testimonios de esta lucha son: Bil’in, Nabi Saleh, Silwan entre otros.
Es evidente que mientras se siga construyendo secciones del Muro, las comunidades se verán directamente afectadas. Los cierres, sitios, toques de queda y controles militares que han sido utilizados para restringir la libertad de movimiento impiden el acceso a la salud, la educación y el trabajo. El Muro está institucionalizando el dominio sobre esas comunidades y violando derechos humanos fundamentales.
Según los informes presentados por organismos de Naciones Unidas y organizaciones pro-derechos humanos como Amnistía Internacional, la construcción de la barrera y el aumento en el número de chekpoints dificulta el movimiento entre poblaciones, ocasiona la pérdida de tierras a la población palestina, dificulta el acceso a los servicios públicos y repercute en la actividad económica.
El Muro cumple 11 años desde el inicio de su construcción. Su efecto ha resultado catastrófico hasta para el más cotidiano aspecto de la vida en Palestina. Pese a que fue declarado ilegal por la Haya y a que la ONU ha pedido desmanterlarlo, la ’monumental’ obra sigue cimentando la ocupación de Palestina y la segregación de la población árabe.
Tomado: tercerainformacion.es