Brahimi cayó abatido a balazos frente a su residencia, una reedición del asesinato el pasado 6 de febrero de Chukri Belaid, líder del Partido Patriótico Democrático (PDC), cuya muerte también provocó protestas populares en esta misma zona y precipitó la caída del gobierno del primer ministro Hamadi Yebali pocos días después.
Apenas la víspera, las autoridades tunecinas anunciaron la identificación de los autores intelectuales y materiales del asesinato de Belaid, seis miembros de entidades islamistas cuyos ataques contra políticos laicos y los sindicatos denunciaba, además de criticar al exministro del Interior, devenido primer ministro Alí Larayedh, por su tolerancia con esas agrupaciones.
Brahmi, de 58 años, era miembro del partido Movimiento Popular, integraba la Asamblea Constituyente encargada de redactar la nueva Carta Magna y era coordinador general del Movimiento del Pueblo, la coalición de agrupaciones laicas a la que pertenecía el PDC de Belaid.
Acorde con testigos, Brahmi fue acribillado a balazos por desconocidos cuando estaba junto a su esposa e hijos, que resultaron ilesos en el atentado.
La muerte del político pone en entredicho al gabinete de Larayedh, miembro del mayoritario partido islamista An Nahda.
Tomado: tercerainformacion.es
