La fuga de dos militares argentinos en retiro condenados por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura (1976-1983) desató este viernes una alerta y provocó una purga de funcionarios en el servicio penitenciario.
Los represores Antonio Olivera y Gustavo De Marchi, quienes cumplían penas de cadena perpetua y 25 años de prisión, respectivamente, se fugaron anoche del Hospital Militar Central de Buenos Aires.
Debido a la gravedad del escape, el director nacional del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, ordenó el pase a disponibilidad de oficiales y agentes responsables del traslado y seguridad de los presos.
A todos estos funcionarios se les inició un sumario para que se investigue su responsabilidad en un escape que conmocionó a los organismos de derechos humanos que tanto han luchado para que se lleven a cabo los juicios contra los represores.
Los militares en retiro estaban detenidos en la provincia argentina de San Juan, pero lograron ser llevados al Hospital Militar luego que demandaran atención siquiátrica y dermatológica.
El juicio contra los represores culminó hace apenas tres semanas y en él fueron condenadas otras cinco personas, todos ellos acusados de violación de domicilio, privación ilegítima de la libertad, tormentos y asociación ilícita en perjuicio de 60 víctimas.
La justicia argentina condenó en los últimos seis años a 370 personas que cometieron crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983), pero aún falta avanzar contra otros mil 666 acusados.
Tomado: Granma (Notimex)