Los cadáveres de cientos de personas que huyeron de la guerra y la pobreza asoman en las aguas del Mediterráneo, donde hubo más de 800 muertos y desaparecidos en los últimos días.
El último episodio ocurrió el domingo, cuando una embarcación con 250 inmigrantes de distintas nacionalidades que buscaban llegar a las costas italianas se hundió cerca de Trípoli y solo 36 personas fueron rescatadas con vida, informaron las Fuerzas Navales libias.
“Había un gran número de cuerpos que flotaba. Pero la falta de medios no nos permitió recuperar los cadáveres, sobre todo porque empezaba a oscurecer. Nuestra prioridad es socorrer a los supervivientes”, afirmó el coronel Ayub Kasem.
“Es una crisis humanitaria sin precedentes”, alertó ayer la oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (Acnur) que estimaba en 2.500 víctimas desde el inicio de este año.
Libia es un país de tránsito hacia las costas europeas para centenares de miles de emigrantes africanos.
Parten de la costa libia en precarias embarcaciones y tratan de atravesar el Mediterráneo para llegar a Malta o alcanzar la isla italiana de Lampedusa, al sur de Sicilia.
Tomado: AFP/ Librered.net