sábado, 13 de diciembre de 2014

Bombardeo mortal en el norte de Irak

Las fuerzas de Estados Unidos, junto con los países que forman parte de la coalición internacional contra el Estado Islámico (EI), lanzaron 27 ataques aéreos entre el miércoles y ayer contra sus posiciones en Irak y Siria.
Al menos 15 civiles, miembros de la misma familia, murieron ayer por un bombardeo aéreo lanzado por un avión militar cerca de Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar, en el oeste de Irak. El ataque tuvo como blanco una casa ubicada en la zona conocida como Kilómetro 18, al oeste de la ciudad iraquí. Las fuerzas de Estados Unidos, junto con los países que forman parte de la coalición internacional contra el Estado Islámico (EI), lanzaron 27 ataques aéreos entre el miércoles y ayer contra sus posiciones en Irak y Siria. En tanto, el ejército iraquí y el grupo fundamentalista mantenían intensos combates en las inmediaciones de la ciudad de Samarra, lugar sagrado para los musulmanes chiítas.
Una fuente médica aseguró que los cadáveres de las víctimas de Ramadi fueron trasladados a un hospital público de Al Anbar, escenario de enfrentamientos entre las fuerzas iraquíes y el grupo jihadista. Por otra parte, una fuente de seguridad informó que duros choques estallaron entre el ejército iraquí y los combatientes del EI en las periferias de las zonas de Al Dulab, Al Sariya y Al Mahbubiya, situadas en Al Anbar y controladas en las últimas horas por los radicales islamistas.
Si bien las tropas iraquíes están intentando recuperar esas zonas, la resistencia del EI parece implacable. Asimismo, la fuente agregó que los jihadistas arrestaron a 35 personas del clan adversario de Albunamr y las trasladaron a la ciudad de Hit, 70 kilómetros al oeste de Ramadi. En noviembre, más de trescientas personas de esa tribu fueron asesinadas por los extremistas, que las acusan de apoyar al gobierno de Bagdad. Desde que el EI ocupó en junio pasado Mosul, la segunda ciudad de Irak (ubicada en el norte), sus combatientes pasaron a dominar amplias zonas del norte y del oeste del país.
Por ello, Washington lanzó una campaña ofensiva contra el grupo islamista que incluye Irak y la vecina Siria. En Irak, cuatro ataques cerca de la ciudad de Sinjar destrozaron o dañaron ayer dos vehículos blindados y un puesto del EI; cerca de Ramadi, cuatro ataques destrozaron una excavadora y cinco vehículos, además de dañar un edificio ocupado por militantes y tres unidades del EI. Cerca de Ar Rutbah, tres ataques destrozaron dos excavadoras; cerca de Mosul, otros tres ataques destrozaron un bunker y dos excavadoras más, además de causar daños en una tercera.
En las proximidades de Al Qaim, tres ataques destrozaron cuatro vehículos del EI, dos edificios ocupados por los jihadistas, un contenedor de almacenamiento, además de causar daños a un bunker. Otro bombardeo cerca de Samarra impactó en una unidad del EI y el ejército iraquí anunció que 15 milicianos islamistas murieron en el enfrentamiento, sin dar noticias de bajas propias. Cerca de Rawah, un ataque impactó en un puesto de guardia y otro, cerca de Al Asad, alcanzó un depósito. En estos ataques, además de Estados Unidos, participaron Australia, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Holanda y Reino Unido.
El miércoles, el EI tomó un pueblo y una ruta clave para el aprovisionamiento de Irak y que podría ayudarlo a tomar Samarra. De hacerlo, se fortalecería su control sobre el norte del país y amenazaría a Bagdad, la capital. La principal autoridad chiíta de Irak, el ayatolá Ali al Sistani, advirtió ayer del peligro que supone el avance de la milicia sunnita hacia las ciudades santas chiítas como Samarra.
“Las tropas iraquíes lograron importantes victorias en varias zonas contra efectivos del EI, pero la organización amenaza ahora zonas con santuarios, como Samarra”, alertó uno de los portavoces de Al Sistani durante el tradicional sermón del viernes, en Kerbala. El portavoz del ayatolá pidió también redoblar los esfuerzos militares para recuperar territorios que aún están bajo control del grupo jihadista en el norte y el oeste, de mayoría sunnita.
Samarra fue capital del califato abasí y sus reliquias están desde hace años en la lista roja de la Unesco, que marca el patrimonio cultural en peligro. La ciudad es famosa sobre todo por la mezquita dorada que contiene el santuario de los imanes Ali al Hadi y Hassan al Askari, considerados por los chiítas sucesores legítimos del profeta Mahoma. Su cúpula resultó muy dañada durante un ataque terrorista en febrero de 2006. En otro ataque en junio de 2007 los terroristas también volaron el minarete.
En Siria, cinco de los ataques de la coalición liderada por Washington cerca de la ciudad kurda de Kobani destrozaron o causaron daños en seis puestos de combate del EI, informó la Fuerza Especial Combinada de Estados Unidos para la Operación Determinación Inherente (OIR, en inglés) en un comunicado. Un ataque aéreo cerca de Alepo causó daños en cinco edificios ocupados por integrantes del EI, mientras que en la frontera siria, cerca de la ciudad de Al Qa’im, otro ataque destrozó dos puestos fortificados del grupo jihadista.
Por otra parte, el EI prosiguió con sus prácticas sangrientas. Ayer decapitó a un hombre en la localidad de Al Bab, en el norte de Siria, por supuestamente haber colaborado con las fuerzas del presidente Bashar al Assad. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos aseveró que la ejecución se llevó a cabo tras el rezo musulmán del mediodía de ayer en Al Bab, en el noreste de la provincia septentrional de Alepo, bajo el control de los extremistas.
Tras la decapitación, los restos del fallecido fueron colgados de un poste. La víctima fue asesinada después de que un tribunal islámico del EI lo condenara por “entregar a musulmanes buscados por el régimen a las autoridades y colocar microchips para orientar a los aviones (gubernamentales) hacia los lugares de concentración de musulmanes en la ciudad de Al Bab”, agregó la ONG con sede en Londres.
Tomado: Pagina/12