sábado, 20 de diciembre de 2014

Detona caso Iguala descomposición en Guerrero, México,valora analista

 La situación que vive el estado mexicano de Guerrero en materia de seguridad hoy es resultado de una descomposición iniciada hace más de 50 años, marcada por pugas políticas, grupos armados y el narcotráfico, afirmó el analista Manuel Nava.

Nava, en la revista Siempre, planteó que los trágicos hechos del 26 de septiembre en el municipio guerrerense de Iguala arrastran "una cadena de omisiones y falta de resultados en los que incurrieron las autoridades en los tres niveles de gobierno a lo largo de los años".

Durante esos hechos violentos, policías locales bajo las órdenes del exalcalde de Iguala, José Luis Abarca, mataron a seis personas, detuvieron a 43 normalistas de Ayotzinapa y los entregaron al grupo criminal Guerreros Unidos.

Según detenidos confesos, fueron ejecutados e incinerados, y sus restos tirados al río San Juan y a un basurero de Cocula.

Valoró Nava que la batalla del narcotráfico ha vivido al menos tres periodos críticos "cuya expresión ha sido una violencia desbordada"; consideró el primero entre 2002 y 2007, cuando autoridades permitieron la llegada del cártel del Golfo.

A su entender, la segunda etapa se dio entre 2008 y 2010, con la ruptura de Joaquín (El Chapo) Guzmán -líder cártel de Sinaloa- y los Beltrán Leyva, esta última una de las cinco grandes agrupaciones criminales.

Mientras, en 2012 "la violencia se desató de nueva cuenta entre el grupo del crimen organizado para lograr el control de la Costa Grande y la Tierra Caliente de Guerrero".

Costa Grande es una de las siete regiones que conforman el estado de Guerrero; ubicada en parte del sur, suroeste y oeste de la entidad, y colinda al norte con la región de Tierra Caliente, otra de sus áreas geoeconómicas.

Opinó Nava que esas son zonas estratégicas para producción y trasiego de estupefacientes, los cuales "cobraron hace dos años 925 vidas en ese estado" y fue el inicio de un desplazamiento de personas en numerosas localidades, según el experto.

A su entender, los homicidios y secuestros son solo una parte del problema de la seguridad pública, pues "hay otra latente que cada vez toma más fuerza", y es el tráfico y control de personas con diversos fines: explotación sexual y laboral, pornografía infantil, tráfico de órganos y venta de personas.
Tomado: Prensa Latina