lunes, 15 de octubre de 2012

Colombianos apuestan masivamente al proceso de paz


Los colombianos respaldan masivamente el proceso de paz cuya segunda fase está a punto de entrar en marcha cuando los equipos negociadores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el gobierno se sienten a una mesa de diálogo en Oslo, Noruega. 

Atentos a cada detalle, la paz deviene centro de las esperanzas colectivas, sobre todo para varias generaciones de jóvenes como el estudiante universitario Manuel Caycedo, quien dijo a Prensa Latina que está ansioso por vivir una vida sin sobresaltos y levantarse cada día con la certidumbre de una absoluta normalidad.

A ese sentimiento se unen intelectuales, obreros, organizaciones civiles, entes gubernamentales, voces y organismos internacionales.

El senador del Movimiento Mira, Manuel Virguez, dijo que esa colectividad apoya de manera incondicional el eventual proceso de paz entre el gobierno y las FARC-EP, como un derecho de los colombianos.

"Esperamos que el proceso perdure en el tiempo y se pueda ver la luz al final del túnel", declaró.

Por su parte, unos 300 escritores, profesores, investigadores y líderes del país, manifestaron, en una carta difundida en el portal Razonpublica.com., su apoyo total a las negociaciones que echarán a andar esta semana en la capital noruega, que calificaron como una oportunidad única e irrepetible.

Suscrita, entre otros, por los periodistas Daniel Samper y Alfredo Molano, la abogada Mónica Roa y la vocera de Colombianos y Colombianas por la Paz, Marleny Orijuela, la misiva llama a las partes a no levantarse de la mesa hasta llegar a un acuerdo final.

Tras subrayar que en esta etapa la discreción y la confidencialidad en las negociaciones son decisivas, señalan que "ningún conflicto armado interno se ha resuelto mediante diálogos públicos. Esto deben entenderlo los medios y la opinión pública", afirman.

Asimismo expresan que, si bien el cese del fuego es un elemento importante 

y altamente deseable, su ausencia no constituye un obstáculo insuperable, a la par que hacen un llamado a las partes cumplir con las normas del derecho de guerra.

La carta sugiere incluir en la agenda de negociaciones entre otros, temas como la superación de la pobreza rural, la democratización de la propiedad de la tierra, la reconversión de tierras dedicadas a la ganadería, la reprimarización de la economía, la seguridad alimentaria y la protección de los recursos naturales.

"Una paz negociada implicará reformas sustanciales que afronten la aberrante inequidad, consagren garantías efectivas para el ejercicio de la oposición, atiendan en su raíz los conflictos por la tierra, pongan fin a las violaciones de los derechos humanos y reparen debidamente a las víctimas", enfatizan los firmantes.
Tomado: Prensa Latina