martes, 4 de diciembre de 2012

Mujeres: las más beneficiadas con eventual paz en Colombia


La joven de 30 años en entrevista con Prensa Latina, aseguró que de alcanzarse el fin de la guerra, las colombianas de pronto podrán ver sus expectativas cubiertas porque tendrán la oportunidad de educarse, prepararse en las universidades y tener una profesión.

Tendrán mejores condiciones de vida, de trabajo, podrán pensar como madre, como trabajadora, como jefa de núcleo familiar, agregó la guerrillera, quien integra la delegación de las FARC-EP en las conversaciones de paz.

En mi país, dijo, la mujer es la que menos oportunidad tiene, y siempre está relegada a las labores de la casa, es discriminada en la sociedad incluso para vestir.

Si una mujer común lleva una minifalda la valoran como una prostituta, si en cambio es de la burguesía, es considerada elegante y de altura, acotó.

Las guerrilleras de las FARC-EP representan a las colombianas a las cuales se les ha negado toda la posibilidad de tener una vida digna, subrayó.

Representamos a las madres de Soacha, a las que han enviudado por el terrorismo de Estado, a las esposas de los prisioneros de guerra, a las mujeres del mundo que sufren la discriminación y la violencia de todo tipo, enfatizó.

Soacha es una ciudad colombiana donde un grupo de madres se unió para reclamar justicia por la muerte de sus hijos, asesinados por el el ejército en 2008.

Los militares mataron a más de una docena de hombres jóvenes y mintieron al presentar la mayoría de los cadáveres como los de "guerrilleros muertos en combate", lo que se conoce como falsos-positivo.

Desde entonces, sus madres buscan incansablemente justicia, pese a que en su campaña, han sido amenazadas, hostigadas y sometidas a vigilancia con el fin de silenciarlas, refieren organismos humanitarios.

Es por eso que estamos llenas de expectativas con este proceso, cuya sede permanente es La Habana, porque queremos lograr una paz con justicia social, con reivindicaciones, donde no haya más derramamiento de sangre, remarcó Camila.

Contó a Prensa Latina que a pesar de portar un fusil en esta guerra que "es contra el imperialismo", dentro de las FARC, en la selva tienen tiempo para ellas.

El domingo es el día de lavar, arreglarnos las uñas, el cabello, leer un libro, de compartir con los compañeros, estudiar, ver la película que queramos.

Todo dentro de un orden porque distribuimos nuestro tiempo y tenemos espacio para lo personal, narró.

"Las colombianas serán las más beneficiadas con la paz porque son quienes más sufren los problemas sociales existentes en el país", agudizados en estos años de conflicto armado, enfatizó Camila.

Denuncias de organizaciones, personas aisladas y organismos regionales advierten que en esta nación suramericana las mujeres son las más afectadas por las desigualdades económicas: los hombres perciben mayores ingresos que ellas en igual puesto laboral y con similar capacitación.

Además, son víctimas de la violencia intrafamiliar y el sistema de justicia no actúa con suficiente celeridad para tratar sus denuncias.

La mayor parte de las féminas dicen sentirse discriminadas, según diversos sondeos, y en mayor medida las de las zonas rurales.

Consideran que tienen más dificultades que los hombres para encontrar empleo, según la Encuesta nacional de mujeres en Colombia 2010.

Aunque el anterior gobierno elaboró una política, centrada en ocho áreas tales como empleo y desarrollo; educación y cultura; salud, salud sexual y reproductiva; violencia contra las mujeres; participación política; mujer rural; comunicación y fortalecimiento institucional, se estima que es muy limitada.

Su alcance no permite resolver los graves problemas de este segmento social porque no busca eliminar la discriminación ni construir relaciones de igualdad entre los sexos desde un enfoque de derechos.

Para Camila, la lucha de las FARC-EP es por la paz completa, duradera que pase por la justicia social para que las mujeres sean reconocidas por su papel esencial en la vida del país.

Tomado: Prensa latina