sábado, 8 de diciembre de 2012

¿Otro intento frustrado de salvar al mundo?


El descontento reinaba el viernes en Doha, capital de Catar, donde desde el 26 de noviembre sesiona la Convención de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que pudiera ser otro intento frustrado de salvar al mundo ante esa amenaza.
Y es que se repite el guion de la cumbre del 2011 en Durban, Sudáfrica, cuando la falta de consenso obligó a extender las negociaciones más allá de la fecha prevista para finalmente no llegar a nada concreto. La reunión en Doha podría concluir hoy sin un convenio que obligue a las naciones desarrolladas a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en la magnitud necesaria.
Los países en desarrollo calificaron de "débil" y "poco ambicioso" el borrador del acuerdo para la extensión del Protocolo de Kyoto, que establece apenas un recorte del 15 % de las emisiones y una duración de ocho años para el segundo periodo de compromiso.
El principal objetivo de la cita de alto nivel, a la que asistieron representantes de más de 190 países y de organizaciones científicas y ambientalistas, era firmar el llamado "segundo acto" de Kyoto para ampliar los poderes del documento original que expira el próximo 31 de diciembre, pero nuevamente los intereses económicos han pesado más que las necesidades ambientales. ¡Cómo si la Tierra no fuera nuestra única casa!
Desde el primer día de sesiones hubo enfrentamientos entre el Norte industrializado y el Sur en desarrollo. De ahí los malos augurios sobre los resultados de la cumbre, en la que también se debe aprobar un convenio sobre la financiación para el Fondo Verde del Clima, en apoyo a los gobiernos más vulnerables al calentamiento global.
La intención de renovar el Protocolo de Kyoto busca que toda la comunidad internacional trabaje en función de disminuir los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera para el 2015 y evitar que el irrevocable aumento de la temperatura media mundial supere los dos grados Celsius. Pero los países más contaminantes del planeta parecen no entender la gravedad de la situación y se resisten a aceptar sus responsabilidades.
Para el 2015 faltan dos años. El Protocolo de Kyoto se negoció en menos tiempo y se firmó en 1997, pero llevó ocho, hasta el 2005, conseguir las ratificaciones necesarias para que entrara en vigor aún sin la firma del mayor emisor de gases de efecto invernadero, Estados Unidos.
Datos divulgados por la ONU indican que la "brecha de emisiones", entre los recortes comprometidos y los que se necesitan para mantener el clima bajo control se está ampliando, al tiempo que se intensifica el peligro del deshielo en el Ártico, el aumento del nivel del mar y los fenómenos meteorológicos que cada año son más extremos.
En pocos años los precios de los alimentos se dispararán y cientos de millones de personas morirán de hambre si no se actúa con urgencia ante las emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles. ¿Cuántas cumbres habrá que realizar para que los polos opuestos de la Tierra lleguen a un acuerdo factible?
Tomado: Granma