Bielorrusia exigió este lunes en Naciones Unidas la no utilización del tema de los derechos humanos como una herramienta para interferir en los asuntos internos de los Estados soberanos.
“Resultan inaceptables las sanciones y otras medidas unilaterales que vemos, porque tienen un impacto negativo en el progreso de los pueblos”, advirtió el embajador de Minsk ante la ONU, Andrei Dapkiunas, al intervenir en un foro de la Asamblea General sobre la contribución de los derechos humanos en la agenda post-2015 de desarrollo.
Según el diplomático particular rechazo debe generar el empleo de los mecanismos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para la injerencia en países, esgrimiendo la cuestión de los derechos humanos.
“Estamos ante violaciones flagrantes, que no hacen más que socavar el desarrollo y la confianza de la comunidad internacional en la Organización”, dijo en la primera de las dos jornadas del evento, el sexto y último convocado por la Asamblea para perfilar el nuevo marco de progreso socio-económico en armonía con el entorno.
De acuerdo con Dapkiunas, se trata de un asunto viejo “para el que no acaba de aparecer la solución”.
Aunque no entró en detalles en su discurso, no caben dudas de que el diplomático se refirió a las medidas unilaterales promovidas por Estados Unidos y la Unión Europea, las cuales afectan a Bielorrusia, entre otras naciones.
En ese sentido, el embajador defendió la necesidad de reforzar la cooperación entre los países en materia de derechos humanos, la que tiene su escenario propicio en instrumentos como el Examen Periódico Universal de los Derechos Humanos, procedimiento al que se someten todos los gobiernos por igual.
Respecto a la visión de Minsk sobre el aporte de los derechos humanos y el derecho al desarrollo, recomendó analizarla desde una perspectiva equilibrada.
“Debemos reconocer en la agenda post-2015 la importancia de todos los derechos”, afirmó.
Tomado: Prensa Latina