Algunos de los niños emulan a sus padres, quienes se fueron primero en busca de trabajo al país del norte, donde según fuentes oficiales viven más de un millón de hondureños, entre residentes legales e indocumentados.
Los hondureños que residen en el exterior envían anualmente unos 3,000 millones de dólares, que representan alrededor del 25 % del producto interno bruto (PIB) de este país centroamericano, uno de los más pobres del continente. Los niños migrantes hondureños se suman a otros miles de guatemaltecos y salvadoreños que, solos o a través de redes de tráfico de personas, abandonan todos los años sus países con la idea de llegar a Estados Unidos.
Tomado: tercerainformacion