Bajo repetidas tormentas de nieve y fríos extraordinarios la actividad económica de Estados Unidos se contrajo a un ritmo anual del 2,9 % entre enero y marzo, la mayor reducción en casi cinco años, según informó ayer el gobierno de Barack Obama.
El Departamento de Comercio, en su ajuste definitivo de cifras, mostró que la contracción, inicialmente calculada en un 1%, fue resultado de la debilidad del consumo, auténtico motor de la economía de EE.UU. equivalente a más de dos tercios del producto bruto interno (PBI). La mayoría de los analistas esperaba que el ajuste de cifras mostrara una reducción anualizada del 2%.
En su cálculo preliminar, el Departamento de Comercio había dado cuenta de un aumento del 3 % en el gasto de los consumidores, y la corrección de números arrojó ahora un aumento de sólo el 1% en el primer trimestre del año.
Uno de los factores que pesó en esta disminución fue que la población bajó sus gastos en el cuidado de la salud y otros servicios. El gobierno había presumido que la puesta en marcha de la reforma del sistema sanitario aumentaría el gasto en el cuidado de la salud entre enero y marzo. Pero ese período del año estuvo marcado, además, por repetidas tormentas con nieve y temperaturas extraordinariamente bajas que paralizaron las actividades en la mayor parte del país.
Como resultado, los fabricantes optaron por recurrir a sus stocks en lugar de seguir produciendo nuevos bienes.
La actividad económica de EE.UU. creció a un ritmo anual de 1,1 aceleró a un ritmo de 4,1% en el tercero, y volvió a moderarse en el último trimestre del año hasta 2,6%. En todo el año pasado, el PBI creció 1,9%, según las cifras oficiales.
El Departamento de Comercio señaló, en su comunicado, que la disminución del PBI real en el primer trimestre reflejó las contribuciones negativas de la inversión en inventarios privados, las exportaciones, el gasto de los gobiernos locales y estatales, y las inversiones fijas no residencial y residencial.
Los datos preliminares del segundo trimestre indican que la economía de EE.UU. salió con ímpetu de la hibernación y los consumidores han estado dispuestos a gastar lo que ahorraron en los tres meses anteriores.
Los analistas han calculado que entre abril y junio el PBI podría haber marcado un ritmo anual de crecimiento del 3,6%.
Tras su reunión de la semana pasada, la Reserva Federal presentó unos pronósticos de crecimiento para este año ligeramente inferiores a los adelantados en marzo, con un mínimo avance del PBI del 2,1%, una remontada en 2015 hasta el 3% y un 2,5% para 2016.
Pero el bajón fue tan notable entre enero y marzo que, probablemente, la primera mitad del año vea un ritmo anual de crecimiento por debajo del promedio del 2% marcado desde que terminó la Gran Recesión, en julio de 2009.
Las exportaciones cayeron a una tasa de 8,9%, la mayor en cinco años, en vez de 6%. Eso dio como resultado un déficit comercial que restó 1,53 puntos porcentuales al PBI.
En su cálculo preliminar, el Departamento de Comercio había dado cuenta de un aumento del 3 % en el gasto de los consumidores, y la corrección de números arrojó ahora un aumento de sólo el 1% en el primer trimestre del año.
Uno de los factores que pesó en esta disminución fue que la población bajó sus gastos en el cuidado de la salud y otros servicios. El gobierno había presumido que la puesta en marcha de la reforma del sistema sanitario aumentaría el gasto en el cuidado de la salud entre enero y marzo. Pero ese período del año estuvo marcado, además, por repetidas tormentas con nieve y temperaturas extraordinariamente bajas que paralizaron las actividades en la mayor parte del país.
Como resultado, los fabricantes optaron por recurrir a sus stocks en lugar de seguir produciendo nuevos bienes.
La actividad económica de EE.UU. creció a un ritmo anual de 1,1 aceleró a un ritmo de 4,1% en el tercero, y volvió a moderarse en el último trimestre del año hasta 2,6%. En todo el año pasado, el PBI creció 1,9%, según las cifras oficiales.
El Departamento de Comercio señaló, en su comunicado, que la disminución del PBI real en el primer trimestre reflejó las contribuciones negativas de la inversión en inventarios privados, las exportaciones, el gasto de los gobiernos locales y estatales, y las inversiones fijas no residencial y residencial.
Los datos preliminares del segundo trimestre indican que la economía de EE.UU. salió con ímpetu de la hibernación y los consumidores han estado dispuestos a gastar lo que ahorraron en los tres meses anteriores.
Los analistas han calculado que entre abril y junio el PBI podría haber marcado un ritmo anual de crecimiento del 3,6%.
Tras su reunión de la semana pasada, la Reserva Federal presentó unos pronósticos de crecimiento para este año ligeramente inferiores a los adelantados en marzo, con un mínimo avance del PBI del 2,1%, una remontada en 2015 hasta el 3% y un 2,5% para 2016.
Pero el bajón fue tan notable entre enero y marzo que, probablemente, la primera mitad del año vea un ritmo anual de crecimiento por debajo del promedio del 2% marcado desde que terminó la Gran Recesión, en julio de 2009.
Las exportaciones cayeron a una tasa de 8,9%, la mayor en cinco años, en vez de 6%. Eso dio como resultado un déficit comercial que restó 1,53 puntos porcentuales al PBI.
Tomado: matrizur.org