En Estados Unidos, más de 700 niños inmigrantes han sido dejados por agentes federales en una bodega, que no había recibido a nadie durante años, ubicada en la ciudad de Nogales, en el sur del estado de Arizona.
Por medio de un comunicado, la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, indignada por este caso, ha solicitado al presidente Barack Obama poner fin a este tipo de prácticas.
“Estoy desconcertada y molesta porque la Administración del presidente Barack Obama continúa implementando esta política peligrosa e inhumana. Al mismo tiempo, no responden a preguntas cruciales que nuestros ciudadanos demandan”, reza la nota.
El estado de Arizona ha enviado colchones, sanitarios y duchas portátiles a la bodega, luego de que la mayoría de los niños pasara la noche durmiendo en catres de plástico.
Según el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. (DHS, por sus siglas en inglés), el traslado de los niños de Texas a Nogales responde a la falta de recursos necesarios de la Patrulla Fronteriza para atender a los inmigrantes ilegales.
Un oficial del DHS, bajo condición de anonimato, ha señalado que la bodega fue utilizada para recibir a niños que viajaban solos, ya que el Departamento de Salud y Servicios Humanos no tiene un lugar adecuado para tales circunstancias.
En mayo, indica la Patrulla Fronteriza, 48 mil niños solos, además de otros inmigrantes ilegales, provenientes de países centroamericanos cruzaron la frontera sureña de EE.UU.
Este asunte aviva el debate sobre una reforma migratoria, aprobada el año pasado por el Senado, la cual mejoraría la seguridad en la frontera, reformaría el conjunto de visas de trabajo y ofrecería un camino a la ciudadanía a los aproximadamente 11,5 millones de inmigrantes indocumentados.
Sin embargo, esa iniciativa está pendiente debido a la disputa que existe entre demócratas y republicanos.
Tomado: Hispan TV
