La guerrilla ha cuestionado “si se puede seguir confiando en la posibilidad cierta de encontrar la paz, tras la firma de un acuerdo final, (…) frente a la mano del imperio, frente a la guerra sucia, frente al terrorismo de Estado, que no cesan”.
En esta “terrible realidad” ha incluido “los asesinatos contra los reclamantes de tierra, la represión contra quienes claman por la concreción de la reforma agraria, la persecución y los encarcelamientos amparados en liberticidas normas de seguridad ciudadana y la admisión descarada de la intervención de la CIA en el conflicto interno”.
En concreto, ha destacado “las amenazas contra Marcha Patriótica, la Mesa de Interlocución Agraria (MIA), juristas y activistas defensores de los Derechos Humanos y dirigentes de raigambre popular”, entre los que ha mencionado a Gustavo Petro, Iván Cepeda y Piedad Córdoba.
“Se trata de la reedición de la guerra de baja intensidad y de la vieja doctrina de la seguridad nacional en general, que durante décadas ha protagonizado el militarismo en Colombia”, ha lamentado el grupo armado.
Las FARC han denunciado “una institucionalidad que funciona a punta de mermelada corruptora dentro de la cual todos los días estallan escándalos de venalidad y deslealtades, de rapiña clientelista y de intereses, que no logra generar confianzas para depositar en ella los destinos del país”.
“¿Quién chuza a quién? ¿Quién espía a quién? Quién manda asesinar a quién, y por qué? ¿Los Rastrojos? ¿Las Águilas Negras? ¿El paramilitarismo? Los viejos instrumentos de la guerra sucia, los escuadrones de la muerte actuando”, han dicho.
A pesar de ello, las FARC han expresado “su disposición a encontrar los puntos de entendimiento que den solución a los profundos problemas sociales y pongan fin a las causas de la guerra”, indicando que “todavía esperan una actitud sensata de la contraparte”.
“El Gobierno de Juan Manuel Santos debe sentar una posición clara de compromiso con la solución política y social, entendiendo que la vía más conveniente, para trazarnos el futuro está en la movilización del país, lo que obliga, sin más demoras a convocar la Asamblea Nacional Constituyente por la Paz”, han insistido.
“Por nuestra parte estamos dispuestos a jugarnos por esta causa humanitaria y altruista. Por eso, ante el peligro en que se encuentra este nuevo intento de reconciliación, llamamos a que toda la ciudadanía actúe en defensa y salvación del proceso de paz”, han instado.
DIÁLOGO DE PAZ
Desde el 8 de octubre y el 19 de noviembre de 2012 en Oslo y La Habana, respectivamente, Gobierno y FARC llevan a cabo un diálogo de paz basado en una agenda de seis puntos para poner fin a más de cinco décadas de conflicto armado, en las que han muerto 600.000 personas.
Tras seis meses de intensas negociaciones, finalmente el pasado 26 de mayo las partes pactaron sobre desarrollo agrario y rural, el primer punto de la agenda y el más importante para la guerrilla, ya que sobre él pivota toda su lucha armada.
El segundo acuerdo del proceso de paz llegó el pasado 6 de noviembre, sobre participación política. Los puntos clave son el compromiso para crear un estatuto de la oposición, que establezca sus derechos, deberes y garantías, y una reforma electoral, que incluye circunscripciones transitorias.
Desde hace varias semanas, las delegaciones del Gobierno y las FARC comenzaron el 20º ciclo de conversaciones con el tema de los cultivos de drogas ilícitas sobre la mesa de negociaciones.
Tomado: tercerainformacion
