“En los años 80 el Gobierno de Ronald Reagan realizó un plan secreto para debilitar considerablemente a la URSS. Como resultado del mismo, el país desapareció”, afirma Veronika Krashenínnikova, directora del Centro de Periodismo Internacional y de Investigaciones de la agencia Rossiya Segodnya.
Para Washington, Rusia constituye un problema porque en los últimos años expresa su propia opinión sobre un amplio número de asuntos internacionales. ”Si analizamos las acciones de Obama teniendo en cuenta el plan de Reagan, resultará que la situación vigente es una versión actualizada”, opina la investigadora.
El plan de Reagan combinaba presión económica, ideológica, mediática y militar contra la URSS y sus aliados, recuerda Krashenínnikova.
Los puntos clave del plan de Reagan
1. Evitar la construcción del segundo gaseoducto desde Siberia hacia Europa Occidental. La realización del proyecto habría doblado las ganancias del sector de los hidrocarburos soviético. Para evitarlo, EE.UU. interfirió en la política europea e impuso una serie de obstáculos para el proyecto.
Hoy en día la oposición de EE.UU. y sus aliados europeos al proyecto del gaseoducto South Stream representa una estrategia idéntica.
2. Bajar el precio del petróleo. Para acordar con Arabia Saudita la manipulación del precio del petróleo, EE.UU. permitió la venta de sistemas de reconocimiento y alerta temprana al país árabe, lo que la comunidad internacional y expertos estadounidenses condenaron incondicionalmente.
El actual director de la CIA, John Brennan, fue el jefe de la inteligencia estadounidense en Arabia Saudita y posiblemente posee contactos y herramientas para repetir el acuerdo alcanzado en la época de Reagan.
3. Prohibir a los bancos comerciales prestar dinero a la URSS. Fue una obligación directa del Gobierno de EE.UU. que disminuyó las capacidades de la URSS de abastecerse con recursos financieros.
Las sanciones vigentes suponen la limitación del acceso de los bancos rusos a los préstamos a largo plazo.
4. Prohibir la venta de tecnologías a la URSS. EE.UU. estaba dispuesto a vender a Rusia solo los ordenadores más básicos y obsoletos: la venta de sistemas más modernos fue prohibida a nivel estatal.
Este punto se repite en las sanciones estadounidenses y europeas que limitan la cooperación técnica con las empresas de Rusia.
5. Provocar disturbios en los países aliados de la URSS. Reagan concentró sus esfuerzos en Polonia, centro del mundo socialista, donde intentó cultivar opiniones antisoviéticas.
La política estadounidense contemporánea destrozó Yugoslavia y Libia, que mantenían fuertes lazos con Rusia; atacó Siria; provocó revoluciones de carácter prooccidental y antirruso en Georgia, Ucrania y otros países fronterizos con Rusia.
6. Ampliar la ayuda a los milicianos antirrusos en Afganistán. EE.UU. suministró armamentos contemporáneos a los muyahidines afganos para asegurar que se procuraba el máximo daño a las fuerzas soviéticas. Washington también les proporcionó inteligencia satelital y atrajo a otros países europeos en este proceso.
Lo mismo sucede hoy: EE.UU. suministra ayuda militar y envía a sus consejeros a todo país que exprese una actitud antirrusa, como en los casos de Georgia y Ucrania, o a cualquier actor que trabaje para destruir un régimen prorruso, como los milicianos en Libia y Siria.
7. Intensificar la guerra armamentística. La URSS seguía desarrollando nuevo armamento para mantener la paridad militar con EE.UU. Junto con la presión económica, ello condujo a la disminución del nivel de vida en el país y contribuyó a la aparición de movimientos disidentes.
Las tensiones vigentes y la actitud guerrillera de EE.UU. en todo del mundo provoca el deseo de defenderse de diferentes países como los BRICS, Irán, Corea del Norte entre otras naciones.
8. Desplegar misiles balísticos en Europa. Con este paso EE.UU. disminuyó el período de alcance del territorio soviético para sus misiles nucleares hasta únicamente seis minutos. Para la URSS esto presentaba un problema de seguridad muy grave.
El proyecto contemporáneo de instalar componentes de defensa antimisiles en Europa prevé lograr el mismo objetivo que Reagan: asegurarse de que los misiles rusos no respondan a tiempo a un rápido ataque global de EE.UU.
9. Desatar una guerra mediática. Reagan decidió lanzar a nivel internacional una campaña informativa antirrusa permanente. Lo realizó a través de varias ‘organizaciones independientes’, que en realidad fueron fundadas y estaban controladas por EE.UU. o sus aliados. Washington actúa de manera semejante en la situación actual.
10. Lanzar una campaña psicológica contra los dirigentes de la URSS. Reagan intentó provocar la inseguridad y la duda entre los líderes soviéticos con la deliberada escasez de información existente en relación al plan puesto en marcha.
Sus sucesores contemporáneos amenazan a los empresarios de Rusia con sancionar sus activos extranjeros. Pero las sanciones no afectan a los funcionarios rusos, ya que una ley ahora les prohíbe tener propiedades o recursos financieros en otros países.
¿Se repetirá la historia? “En la época de Reagan era dudoso que un plan secreto pudiera provocar la disolución de la URSS. Pero ahora la Administración de EE.UU. sabe con seguridad que es posible destruir países: lo lleva haciendo más de 20 años ya”, afirma Krashenínnikova.
El nuevo plan antirruso es una amenaza directa a Rusia, que tiene que concentrar sus esfuerzos, elegir sus aliados y neutralizar los ataques de EE.UU. para evitar que se repita la historia, concluye la periodista.
Tomado: tercerainformacion