Uno de los aspectos a
los cuales los analistas le han dado
poca importancia sobre los diálogos del Caguán y la ruptura que hizo el
presidente Pastrana. Fue en momentos que se dialogaba con la insurgencia, el
presidente firmó un acuerdo de cooperación militar con EEUU, al que se le dio el
nombre de Plan Colombia, con este acuerdo se da el inició de la
profesionalización de las Fuerzas Armadas, con la llegada de tecnología de
punta, entrenamiento militar con el manejo de comunicaciones y cooperación en
la tripulación de aviones. Según se dijo en ese entonces, este acuerdo pretendía
venir a colaborar en la lucha antinarcóticos. Pero, que en realidad sus
objetivos era la guerra en contra de la insurgencia.
De ahí que el gobierno
buscara deslegitimar los diálogos con cualquier acción propia de la guerra,
pues, se estaba negociando en medio de la guerra. El cálculo de Pastrana, le
resulto acabar con la mesa, darle paso a la estrategia norteamericana y seguir
intensificando el conflicto como lo hizo el nefasto presidente Uribe Vélez, con
la implementación de nuevas ayudas técnicas, de espionaje, ataques y bombardeos
a la insurgencia como lo denuncio el 22 de diciembre de 2013 el Washington Post (CIA ayudo a matar líderes de las FARC),
de ahí que mantener una mesa de diálogo no era conveniente ni para el gobierno nacional
ni para EEUU, que vio como perdía hegemonía en la región.
Fue de esta forma como
EEUU aseguró su presencia con la instalación de 7 bases militares estratégicamente
ubicadas en el territorio nacional, no solo para controlar a la insurgencia
sino para mantener vigilada la región, que en los últimos tiempos ha dado pasos
al cambio de modelo político.
La preocupación ahora
surge cuando el gobierno de Juan Manuel Santos y ex ministro de defensa; en
primer lugar, instala una mesa de diálogos con la Insurgencia, acuerdos que
deben llevar al fin del conflicto armado; segundo, en momento en que las partes
se encuentran dialogando el gobierno firma un acuerdo de cooperación con la OTAN,
entendiendo que es la Organización del Atlántico Norte, por lo que Colombia
nada tiene que hacer allí, sin olvidar que es un país del tercer mundo.
Esta cooperación según
se ha dicho va encaminada a intercambiar información, formación militar del
ejército colombiano, de los cuales algunos medios han dicho participan unos 22
mil militares quienes han sido instruidos en misiones de tierra, mar y aire. La
cuestión no puede pasar desapercibida si tenemos en cuenta el largo historial
de crímenes cometidos por esta organización, esto puede constituir un mal precedente,
para la región en su conjunto y el país.
Por otro lado, ahora
Colombia participará con la Unión Europea según se dijo en una misión civil y
no ejecutiva en Ucrania, la cuestión es que el país no resuelve sus problemas
internos y pretende participar no solo en misiones civiles, sino militares como
lo ha venido haciendo en Afganistán, los Emiratos Árabes y ahora al Cuerno de
África; exportando mercenarios.
La reestructuración del
ejército se da justó en momentos que se dialoga de paz, no solo este tema debe
ser analizado cuidadosamente, sino el papel del ejército al convertirse en un
servicio internacional. Es decir, el país puede convertirse en una escuela de
mercenarios, donde se forman y salen a cumplir misiones, más allá de sus
fronteras. Sería una contradicción que esto ocurriera, cuando se plantea un
país en paz.
La participación de
Colombia en otros conflictos puede convertir al país en el aliado o no, de determinado
grupo o gobierno, lo que poner en riesgo la seguridad interna y nos convierte
en parias frente al mundo, que se alimentan de la guerra. Es decir, el ejército
nacional se convierte en algo así como los vengadores del orden.
Para finalizar surgen
algunas preguntas ¿será que Santos realmente está pensando en la paz o le
conviene mejor la guerra? ¿A que viajo a Europa? ¿Que busca con los acuerdos de
cooperación militar? Entendiendo el largo historial de guerra y de violaciones
a los derechos humanos por parte de los militares, no será entonces que Santos
le quiere hacer conejo a la paz como lo ha hecho con la reforma a la educación.