A propósitos de los diálogos entre el gobierno y las
FARC y el informe sobre la CIA en Colombia.
Según el informe del Washington Post
fechado el 22 de diciembre de 2013, la CIA, realiza una acción en cubierta, en
contra de las FARC y ELN, movimientos guerrilleros, para ello el gobierno de
EEUU, ha utilizado un presupuesto negro que le permite dirigir acciones de alto
valor estratégico, con tecnología punta, las bombas inteligentes PGMs que son
teledirigidas contra objetivos definidos, para este caso los comandantes
guerrilleros.
La divulgación sobre esta
participación directa de la CIA, no es nueva ni novedosa, lo que si causa
novedad es el reconocimiento de algunos presidentes que ante la evidencia
reconocieron su subordinación, afirmando que existe una estrecha colaboración y
que gracias a esta se ha podido dirigir grandes operativos. Sin embargo, lo que
se evidencia es la poca capacidad del Estado colombiano de dirigir sus asuntos
internos. Sobre este asunto existe un largo historial la participación de la
CIA, en el conflicto armado, sin ir más lejos está el ataque a Marquetalia, el
conocido Plan Laso (su denominación en inglés; Latin American Security
Operation)
Otro elemento para tener en cuenta es
la forma como según dicho informe, se buscaba tener información sobre los
campamentos guerrilleros, esta información es recopilada por la CIA, sin la
intervención del gobierno colombiano. Es de anotar, que las Compañía militares
de seguridad privada (CMSP) poseen el manejo de toda la inteligencia militar y
respondan al manejo del contrato firmado por el Gobierno de EEUU, de modo tal
que este puede manejar información de inteligencia militar sobre Colombia, que
el mismo Estado no posee, es decir, como en el mismo informe se advierte esta
información solo se daba a conocer en el momento del bombardeo. La pregunta que
surge es, si las Fuerzas Armadas de Colombia son soberanas, o simplemente
obedecen ordenes o son relegadas a otros asuntos, los que no necesitan de
manejar alta tecnología, pues si la información no se comparte, quienes serán
los que tripulan los aviones o dirigen las bombas.
Frente a esta información el gobierno
afirma que las “operaciones fueron diseñadas con la colaboración pero
ejecutadas por Colombia”, este asunto parece poco probable si tenemos en cuenta
lo ocurrido en países como Afganistán, la presencia cada vez más notoria de
agentes norteamericanos en el suelo colombiano, en zonas inhóspitas, que según
dicen están de turismo.
La modernización del ejército según
el gobierno es la que ha servido para propinarle golpes estratégicos a la
insurgencia, lo que hasta ahora no queda claro a cual ejército se refiere, pues
según el informe, la CIA maneja la información, diseña planes de ataque,
recluta informantes, para ello creó la Célula de Fusión de Inteligencia de la
Embajada de Estados Unidos, apodada “el Bunker”, sin que sepamos hasta ahora
cual es el papel del ejército colombiano, salvo el de bombardear campamentos a
mansalva, ejecutar prisioneros en el caso de Alfonso Cano, recoger los muertos,
computadores, teléfonos. Según el ministro de Guerra Juan Carlos Pinzón “son
actos heroicos”, muy seguramente estos actos enarbolan las banderas de la
soberanía y los comandantes militares pueden sacar pecho y sonreír frente a las
cámaras cuando dan un parte de guerra.
Con esta ayuda “desinteresada” de
EEUU, Uribe logró mantenerse en el poder 8 años, dando la idea que fue su
“política de seguridad democrática” la que le acertó duros golpes a la
insurgencia, sin contarle al país, que para ello tuvo que entregar la soberanía
del país no solo a la CIA, sino gran parte del territorio a las multinacionales
y pactar acuerdos por debajo de la mesa.
La duda que surge es el por qué
nuestros “insignes” gobernantes siempre han negado la participación de EEUU, en
el conflicto, ahora lo admiten como parte de la cooperación, lo que no queda
claro son los acuerdos clandestinos, el presupuesto negro. Estos acuerdos en la
sombra violan la legalidad del Estado y se asemejan a acciones paramilitares,
que aplican la pena de muerte, invaden el territorio y no son muy diferentes a
bandas de criminales que actúan de acuerdo a sus propios intereses o a los
mercenarios que han invadido el país.
Esta ayuda como lo acaba de develar
el Washington Post, no es algo que EEUU haga con fines altruistas, sin pedir
nada a cambio, salvo la entrega de los recursos naturales a las
multinacionales, por ello operan compañía sin ningún control por el Estado,
como la Drummond, Chiquita Brands, entre otras más, responsables de crímenes y
violaciones a los derechos humanos. Sin
que el Estado si quiera haga cumplir su legislación interna.
Los
diálogos en La Habana
La participación de EEUU, en el conflicto
interno no es nueva, y su intervención en los asuntos internos hace parte de la
agenda, cuenta con el apoyo decidido de la élite gobernante del país, no solo
en planes anticomunistas, sino expansionistas que tienen como fin convertir a
Colombia en una base militar con capacidad de dirigir acciones a otros lugares
de Continente.
Para EEUU, la insurgencia colombiana
(FARC- ELN) siempre ha resultado un obstáculo, no solo por su ideología, sino
por la ocupación que estos hacen de territorios con valiosos recursos
naturales, indispensables para erigir el imperio. Por ello, no solo financian
al Estado, sino a los grupos paramilitares.
Después de conocer el informe del
Post, queda claro que frente al conflicto armado, Colombia no es la que decide,
peor aún no tiene la iniciativa. No es coincidencia que en momentos que se
dialoga con las FARC en La Habana, al país lleguen funcionarios de alto nivel o
que Santos se haya reunido con Obama para hablar del tema. Es que acaso no
somos soberanos y el conflicto hace parte de nuestros asuntos internos, o solo
el gobierno colombiano actúa como mensajero frente al tema.
Lo que queda claro según el Post, es
la participación de la CIA, en el conflicto, es decir, son los que han
combatido a las FARC, entonces sería más conveniente que los diálogos se dieran
entre FARC y EEUU de otra forma estos no tendrán ninguna validez. Después de
todo somos colonia sin derecho a decidir.