“Este gobierno declara aquí y ahora una guerra incondicional a la pobreza”, dijo John-son ante el Congreso el 8 de enero de 1964, dos meses después de haber reemplazado en el cargo al asesinado John F. Kennedy.
Pero aunque la tasa cayó de 26 % en 1964 a 16 % en el presente, eso significa que en el país más rico del mundo aún hay unas 49,7 millones de personas en la pobreza, incluidos 13,4 millones de niños.
Las cifras fueron confirmadas por el Comité de Consejeros Económicos de la Casa Blanca (CEA), que publicó el martes un extenso informe sobre el tema.
Así, uno de cada cinco niños en Estados Unidos son pobres, y más de uno de cada cinco menores en Nueva York, por ejemplo, vive en una familia que no tiene lo suficiente para comer, según advierte la organización no gubernamental Coalición en Contra del Hambre de esa ciudad.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, fue electo en noviembre con su promesa de poner fin a la desigualdad en la mayor metrópoli del país, que alberga a la vez el mayor número de multimillonarios del mundo.
La brecha entre pobres y ricos se está ensanchando a una velocidad “peligrosa”, dijo el mandatario Barack Obama. En un discurso en diciembre en Washington, reconoció que la creciente desigualdad pone en peligro el llamado “sueño americano”.
“En la nación más rica de la Tierra, hay demasiados niños que nacen en la pobreza, muy pocos tienen una oportunidad justa para escapar de ella”, dijo este miércoles en un comunicado emitido con motivo del aniversario del discurso de Johnson.
También en el contexto de la fecha, anunció el jueves cinco “Zonas Promesa” para la reactivación económica y social del país, entre las que figuran áreas de San Antonio (Texas), Filadelfia (Pensilvania), Los Ángeles (California), el sureste de Kentucky y Choctaw, en Oklahoma.
Esos territorios recibirán fondos federales para tratar de combatir núcleos deprimidos a través de la colaboración del sector público y privado, la potenciación de la educación, el acceso a los recursos y diversas exenciones fiscales.
En un acto en la Casa Blanca, acompañado por niños que salieron del barrio de Harlem de Nueva York y accedieron a estudios universitarios a través de un modelo similar, el mandatario insistió en que “el futuro de un niño no puede estar determinado por el código postal en el que reside”.
La propuesta, lanzada por Obama en su discurso sobre el Estado de la Unión del 2013, contempla un total de 20 “Zonas Promesa” en los próximos tres años, en las que se busca ofrecer oportunidades económicas a poblaciones tradicionalmente deprimidas.
En el inicio de un 2014 electoral, con la vista puesta en las legislativas de noviembre y también en las presidenciales del 2016, ambos partidos han hecho del debate sobre la pobreza un eje de su batalla política, desde dos puntos de vista antagónicos.
Mientras Obama defiende que la desigualdad debe atajarse con programas y ayudas sociales, el Senador por Florida Marco Rubio, reivindicó el matrimonio y la movilidad económica como soluciones.
“La mejor herramienta para sacar a la gente adelante, para sacar a los niños y a las familias de la pobreza, es la que más disminuye la probabilidad de caer en la pobreza infantil en un 82 %, pero no es un programa de gobierno. Se llama matrimonio”, afirmó.
El tema ha sacado una vez más a la luz las históricas discrepancias entre “liberales” y “conservadores”, pues estos últimos defienden la idea de un gobierno que “gaste menos” y no tenga programas asistencialistas.
Mientras tanto, la mayoría de los miembros del Congreso de Estados Unidos son millonarios. Al menos 268 de los 534 legisladores actuales tienen ingresos promedio de un millón de dólares o más, de acuerdo con el último in-forme del Centro para la Política Responsable (CRP, por sus siglas en inglés). Sus expertos han analizado los ingresos de los congresistas en el 2012, que aparecieron en sus declaraciones de bienes, publicadas el año pasado.
El representante Darrel Issa, republicano de California, sigue siendo el miembro más acaudalado del Congreso, con un patrimonio neto promedio de 464 millones de dólares en el 2012.
Según el CRP, esos datos “representan un momento crucial en una época en la que los legisladores debaten asuntos públicos como los beneficios por desempleo, cupones de alimentos, y el salario mínimo, lo cual afecta a la población con muchos menos recursos, así como el hecho de que están considerando una revisión del código tributario”.
Tomado: tercerainformacion