martes, 8 de abril de 2014

En Colombia se busca presidente


Luego de las pasadas elecciones para Congreso se dejó en evidencia que nos siguen gobernando las mismas élites de siempre, mantienen el poder intacto, a pesar, de tener sumergido el país en una crisis no solo institucional, sino sumergida en la pobreza sin educación, salud, vivienda y empleo. Como si esto no fuera suficiente, en guerra la que muchos políticos aspiran continuar, esto por las amplias ganancias que deja para empresarios, políticos, multinacionales, medios de comunicación, entre otros, es más rentable apostarle a la guerra, con ello se justifica la falta de políticas públicas, el desarrollo y las grandes asimetrías sociales y se excusa al incapaz que nos gobierna.

Por ello, en la pasada campaña electoral no se dieron debates, hasta en eso los políticos han perdido el respeto por el país, consideran que solo con su nombre el elector tiene el deber de votar, bueno sin olvidar el tamal, porque hasta se volvieron tacaños, antes la lealtad hacia un político se media por la cantidad de tejas o baterías sanitarias, incluso algunos ofrecían dinero. En el sistema democrático colombiano esta es la única participación del electorado, todo lo demás es simple retorica.

En este nuevo proceso electoral, parece que los candidatos no han logrado convencer ni a los más incautos, pues Santos que cuenta con todo un entramado burocrático  y que además desde tiempo atrás prometió regalar casas (100 mil), apostarle al agro, solo ha logrado ofrecerle nuevos proyectos a las multinacionales, convertir al país en un atractivo para la explotación y depredación de los grupos financieros, corporaciones y mercenarios que ven  fuente de capital al más bajo costo y grandes beneficios.

Pues, si tenemos que hacer un balance del gobierno de Santos, encontramos que los temas sociales siguen en la misma dinámica, la reforma a la educación, está estancada, pasados 3 años desde que los estudiantes se declararon en paro, el debate concluyó sin siquiera una propuesta para la discusión, la ministra sigue en su puesto a pesar, de seguir siendo calificados como los peores en las pruebas PISA, así mismo ha pasado con la reforma a la salud, se siguen cerrando hospitales, la gente no recibe atención oportuna y el sistema está colapsado, por lo que para el gobierno es mejor que mueran, con ello deja de atender a los pobres que recorren los hospitales. Sin contar con el incumplimiento del pacto agrario, con lo cual los campesinos han amenazado otro paro, cabe recordar que Santos dijo hace algún tiempo que la transformación del agro se hacía con o sin las FARC, esto con el fin de dejar sin piso político los acuerdos de La Habana.

En este nuevo escenario político, se puede decir, que el país no ha despegado hacia el siglo XXI, pues los gobiernos se han dedicado a la guerra, los TLC, a otorgarles concesiones a las multinacionales, mientras al interior de la sociedad existe una crisis social no solo por la falta de políticas, sino por la falta de empleo, vivienda, la informalidad recorre el país, frente a este panorama la única solución para el gobierno es aumentar el pie de fuerza. Mientras el gobierno pretende hacer cree que vamos por buen camino, lo que predomina es la exclusión social, como forma de gobierno. Vale decir, que el debate de ideas y propuestas para este gobierno no existen, pues confía permanecer en él, a través del clientelismo, la corrupción que no es nuevo.

Por otro lado, están las demás candidaturas, que en materia de políticas públicas, siguen la misma dinámica. Peñalosa quien aspira  llegar a la presidencia por la llamada Alianza Verde, no ha logrado convencer ni al interior de su colectividad, carente de propuestas sociales  enmarcadas en profundizar el modelo económico, ligado a las élites urbanas y terratenientes. Siguiendo la misma línea se encuentra el candidato uribista, sin nada nuevo que mostrar, aspira hacer de la guerra la mejor manera de gobernar, por ello promete acabar con la mesa de diálogo en La Habana, sin este sustento su programa de gobierno no daría resultados visibles. Salvo unos cuantos escándalos en materia de corrupción, parapolítica y más de lo nuevo y novedoso que resultaron los 2 gobiernos de Uribe.

Por el lado de la izquierda, las divisiones internas no han logrado siquiera consolidar un partido político que aglutine a todos los sectores sociales inconformes. Con lo que se podrían convertir en la verdadera opción, encaminada al desmoste del modelo neoliberal. Esta crisis por la que atraviesa la izquierda le resta credibilidad frente al electorado que no   siente representado sus intereses, lo que convierte a la candidatura de Clara López, con un acto más simbólico que de representación de unas masas inconformes y marginadas.


En últimas se puede decir que en Colombia carecemos de un líder por lo que Santos seguirá más por inercia que por capacidad, si después de todo ya nos han gobernado Uribe, Pastrana, Samper, Gaviria; entre muchos otros corruptos, ineptos, ignorantes y delincuentes.