Cuba ha sido históricamente un laboratorio para la aplicación de métodos de guerra no convencionales estadounidenses, denuncian hoy medios nacionales a propósito de la repercusión del recién desenmascarado programa ZunZuneo.
Intentos de magnicidio, la introducción de enfermedades, el apoyo a bandas armadas contrarrevolucionarias, la invasión y la aplicación de un bloqueo económico, financiero y comercial por más de 50 años documentan el historial de agresiones de Washington a La Habana.
A la lista se suma el caso de ZunZuneo, concebido por la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (Usaid) como un servicio de mensajería móvil para teléfonos celulares en Cuba con la finalidad de incentivar la desestabilización en el país mediante una plataforma similar a la de Twitter.
De acuerdo con el diario Granma, llama la atención la coincidencia de datos del programa revelados por la agencia Associated Press y los documentos rectores de la Guerra no Convencional de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, como la Circular de Entrenamiento (TC) 18-01.
Esta explica que la primera fase de cualquier guerra no convencional es la preparación psicológica para unir a la población contra el gobierno en el poder y prepararla para aceptar el apoyo de Estados Unidos, refiere.
Tras el descubrimiento del trasfondo de ZunZuneo muchos se preguntan qué hacía la Usaid -organización que se autoproclama promotora de la ayuda humanitaria- desplegando programas al estilo de los desarrollados por la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
ZunZuneo es parte de una larga lista que incluye proyectos en Serbia, Irán, Egipto, Ucrania y Venezuela, dirigidos a la intromisión en la política de los países.
Sin embargo, el debate en Estados Unidos a raíz del caso se centra más en la forma en que se aplicó la plataforma de telecomunicaciones y la difusión de los mensajes políticos y no en la injerencia en los asuntos internos cubanos.
En cambio, una encuesta realizada en la nación norteña muestra que el 56 por ciento de los ciudadanos de ese país desean la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Tomado: Prensa Latina