El autor principal del informe, llevado a cabo por el Centro de Defensa del Tratamiento y la Asociación Nacional de Alguaciles, dijo que la proporción de enfermos mentales (un hospitalizado por cada 10 en prisión) es similar a la que existía en EE.UU. de la década de 1830.
“Básicamente hemos vuelto a donde estábamos hace 170 años”, resaltó el doctor Fuller Torrey, fundador del Centro de Defensa del Tratamiento, en declaraciones a ‘Kaiser Health News’. “Estamos yendo hacia el abismo por el modo en que tratamos a las personas con enfermedades mentales graves en este país. Es inhumana y chocante la forma en que los hemos confinado en las prisiones estatales y cárceles locales”, agregó.
El informe revela que 44 estados y el Distrito de Columbia tienen al menos una cárcel que alberga más personas que sufren algún tipo de enfermedad mental que el número de pacientes del mayor hospital psiquiátrico estatal en EE.UU.
Debido a que los estados han recortado drásticamente los fondos para servicios de salud mental en los últimos años, el número de camas disponibles en los hospitales psiquiátricos ha caído a su nivel más bajo desde 1850.
Por lo tanto, muchos de estos pacientes son transferidos al sistema penitenciario, sencillamente porque no hay otro lugar donde recluirlos. La población carcelaria de EE.UU. ha aumentado de manera constante a medida que la financiación de la salud mental ha disminuido, informa la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales del país norteamericano.
Los presos con problemas de salud mental a menudo son sometidos a régimen de aislamiento durante largos períodos de tiempo, permanecen encarcelados más tiempo que otros presos, y sufren abusos desproporcionados, son golpeados y violados por otros presos, señala el informe. Sin el tratamiento adecuado, la condición de los reclusos enfermos a menudo empeora.
Desde 1970 el porcentaje de presos con enfermedades mentales en cada estado ha aumentado de media del 5 al 20 por ciento, según el informe.
Miles de reclusos de Nueva York son enfermos mentales
Casi el 40 por ciento de los 12 mil reclusos que están hoy en cárceles de la ciudad estadounidense de Nueva York padecen enfermedades mentales.
El alcalde neoyorquino Bill de Blasio y su nuevo comisionado de corrección, Joseph Ponte, han heredado un sistema carcelario con un problema vergonzoso, señaló un reporte publicado en la página digital del diario The New York Times.
Según el artículo, este sistema no fue diseñado para satisfacer las complejas necesidades de los reclusos con enfermedades mentales, por lo que se sugiere mejorar la atención de los reos con tales padecimientos, garantizarles seguros sanitarios antes que abandonen las cárceles y fomentar programas de rehabilitación.
Recordó el Times que hace algunos años un estudio determinó que los internos con discapacidades mentales cuestan tres veces más que el resto de la población penal y que estos permanecen en las penitenciarías casi el doble de tiempo que otros presos.
La razón que fundamenta los arrestos más prolongados es porque en su mayoría los enfermos psiquiátricos cuentan con menos recursos económicos para costearse, entre otros, el pago de una fianza.
También el periódico mencionó que estos enfermos enfrentan distintos peligros, en particular se hizo referencia al caso Jason Echevarria, de 25 años, quien murió en el centro de la isla de Rikers, una de las prisiones más grandes del país, porque un oficial de la instalación le negó ayuda cuando pidió atención médica.
El otro caso al que hizo referencia el rotativo fue el de Jerome Murdough, de 56 años, arrestado por cargos de invasión de propiedad en febrero y fallecido poco después en la unidad donde estaba recluido por un aparente suicidio.
Tomado: tercerainformacion