En una reñida votación de 5 contra 4 la semana pasada, los jueces del máximo tribunal estadounidense eliminaron los topes para las donaciones que cada individuo puede hacer a las campañas, como ya lo habían hecho para las empresas y los sindicatos.
¿La razón? Los más conservadores de la Corte consideraron que los límites que existían eran “innecesarios” y “violaban” las garantías constitucionales de la “libertad de expresión”.
¿Qué motivó el fallo? En octubre pasado, el Partido Republicano apoyó al empresario de Alabama Shaun McCutcheon, quien quería poder donar más que el techo de 123 200 dólares antes fijado.
McCutcheon contribuyó a 16 candidatos durante la campaña electoral 2011-2012, y quería hacerlo con otra docena de candidatos, así como comités políticos, pero las leyes se lo impedían. Según él, eso violaba su derecho a la libertad de expresión bajo la Primera Enmienda.
Aunque la nueva decisión mantuvo el tope de 5 200 dólares que cada individuo puede dar en particular a un candidato, ahora podrán dar el máximo posible de contribuciones a cuantos candidatos deseen y comités de campañas.
“Los grandes donantes, actuando independientemente de candidatos y partidos, ya pueden gastar cantidades ilimitadas en avisos agresivos y otros esfuerzos proselitistas que han desempeñado un papel cada vez más prominente en las elecciones”, comentó AP.
Los partidarios de estos cambios afirman que servirán para una participación pública más sólida; mientras, los opositores alegan que estas modificaciones darán a los ricos aún más influencia.
Justamente el principal impacto será para los más adinerados, porque la mayoría de la gente nunca estuvo cerca de chocar contra los antiguos límites. Según el Center for Responsive Politics —una organización sin ánimos de lucro con sede en Washington—, solo 644 donantes llegaron al límite en el 2012.
“Es la continuidad del proceso de privatización de los procesos electorales en Estados Unidos”, dijo a Granma el politólogo y exdiplomático cubano Ramón Sánchez-Parodi.
El experto recordó además otras decisiones similares que reafirman su tesis; una tomada el 21 de enero del 2010 conocida como Citizens United vs Federal Electoral Commision, y la del 26 de marzo de ese mismo año del Tribunal federal de Apelaciones del Distrito de Columbia en el caso SpeechNow.org vs Federal Electoral Commision.
La primera, declaraba inconstitucional algunos aspectos de la Bipartisan Campaign Reform Act del 2002, alegando que limitaban la capacidad de los organismos en aceptar dinero o sindicatos para propaganda electoral. La segunda, determinaba que el Congreso Federal no tenía autoridad para limitar “desembolsos independientes”, refiriéndose a gastos no coordinados con la campaña de un candidato federal.
No todos en Washington están felices con la noticia. “Si la Corte había abierto una puerta en Citizens United, la decisión de hoy bien podría abrir las compuertas” que provoquen una inundación, advirtió el juez Stephen Breyer, uno de los cuatro que se pronunciaron contra la propuesta.
Lisa Gilbert, del grupo de defensa Public Citizen, calificó el fallo de la Corte como “un golpe devastador en la base misma de nuestra democracia”, y aclaró que aunque los casos de McCutcheon y Citizens United parecen diferentes, son parte de una tendencia hacia una mayor cantidad de dinero en la política.
El senador Bernie Sanders compartió su reacción en Twitter: La decisión de la Corte está “allanando el camino hacia una forma oligárquica de sociedad donde un puñado de multimillonarios (…) controlará nuestros procesos políticos”.
“Aunque no estamos sorprendidos por la decisión, estamos decepcionados de que la plutocracia que habíamos pronosticado ahora está legitimada por el máximo tribunal”, declaró la Sunlight Foundation, un grupo sin fines de lucro que aboga por una mayor transparencia en política.
Pero los republicanos se congratularon por la decisión. “Los donantes deben tener la libertad de darles lo que quieren dar”, enfatizó Boehner. El líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, también elogió los cambios.
Mientras, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, dijo que la administración estaba “decepcionada” por la decisión de la Corte.
Aún es pronto para saber cómo este nuevo escenario podría afectar los resultados de las elecciones de medio término de noviembre, que se auguran tormentosas para el Partido Demócrata, pues algunos analistas especulan que el Partido Republicano, además de mantener mayoría en la Cámara de Representantes, podría obtenerla en el Senado.
Para Sánchez-Parodi, la decisión significa que se ha puesto “en manos del gran capital el control sobre los procesos electorales que, en el caso de las elecciones presidenciales, ya superan en el conjunto de todos los gastos los seis mil millones de dólares”.
“De esta forma, se anulan todos los esfuerzos para que los gastos electorales fueran regulados de una manera más o menos igualitaria a través del financiamiento por el presupuesto oficial federal. Ahora cada vez más los procesos electorales serán dominados por quien más dinero logre recaudar para montar todo el andamiaje electorero”.
“Se ha decretado finalmente el dominio supremo del dinero en los procesos electorales en Estados Unidos”, concluyó.
Tomado: tercerainformacion