El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, renovó este lunes por un año más la Ley de Comercio con el Enemigo, un estatuto de 1917 que constituye la base del bloqueo económico impuesto contra Cuba.
Mediante un memorando enviado a los secretarios de Estado y del Tesoro, el mandatario dio a conocer su determinación de continuar con el ejercicio de ciertas facultades de esa legislación, que solo afecta al país caribeño, bajo el pretexto de que es interés nacional de Estados Unidos.
Esta es la segunda vez que el republicano procede de este modo, pues también prorrogó la normativa por un año en 2017, y ante la expiración de ese aplazamiento el próximo 14 de septiembre, decidió mantenerla en vigor hasta esa misma fecha de 2019.
La renovación realizada por Trump implica que él tiene autoridad sobre algunas de las sanciones mediante decretos ejecutivos, lo cual también le permitiría eliminar algunas restricciones si fuera su interés, aunque el levantamiento total de la política contra el territorio antillano requiere de una decisión del Congreso.
Esa ley, en su sección cinco, delegó en el jefe de Estado norteamericano la posibilidad de aplicar castigos económicos en tiempo de guerra o en cualquier otro periodo de emergencia nacional, y prohibió el comercio con el enemigo o sus aliados durante conflictos bélicos.
En 1962 el entonces presidente John Kennedy recurrió a ese estatuto para imponer el bloqueo económico, comercial y financiero contra la nación caribeña, el cual ha sido renovado desde entonces por los gobernantes siguientes.
La Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977 restringió las facultades del presidente para imponer otras sanciones aludiendo situaciones de emergencia nacional, sin embargo, la legislación previa continuó aplicándose para Cuba.
Al amparo de la normativa de 1917 se adoptaron las Regulaciones para el Control de Activos Cubanos en 1963, en virtud de las cuales se prohíbe a nacionales estadounidenses o personas sujetas a la jurisdicción de este país realizar transacciones financieras con la isla, entre otras restricciones.
La prolongación de esta normativa se da cuando la isla caribeña se prepara para presentar a finales de octubre próximo por vigesimoséptima ocasión consecutiva en la Asamblea General de la ONU la resolución que llama a levantar el cerco de más de 55 años.
El 1 de noviembre de 2017, de los 193 miembros del organismo internacional 191 respaldaron la demanda de Cuba, mientras solo se opusieron a ella Estados Unidos y su aliado Israel.
Al mismo tiempo, diversos sectores dentro del territorio norteamericano quieren el fin de esa política, que el predecesor de Trump en la Casa Blanca, Barack Obama, calificó varias veces de obsoleta.
Tomado: matrizur.org