El Gobierno de Irak informó este domingo que al menos 948 personas murieron durante el recién culminado mes de noviembre, víctimas de atentados, explosiones y tiroteos vinculados con la espiral de violencia y terrorismo que vive el país árabe desde hace meses.
Un comunicado conjunto de los Ministerios del Interior, Defensa y Salud destacó que el saldo total de víctimas fatales incluye 852 civiles, 53 policías y 43 soldados; contabilizando también más de mil 300 heridos, la mayoría de ellos civiles.
El informe oficial también establece que la mayoría de los muertos y heridos se concentraron en la capital, Bagdad, y que los ataques sectarios -sunnitas contra chiitas- proliferaron en los últimos meses, especialmente después de la retirada de las tropas estadounidenses en el año 2012.
El período más violento del año continúa siendo julio, con más de mil víctimas fatales. Este mes coincide con las fugas de las cárceles de Abu Ghraib (oeste de Bagdad), y de Al Tayi (norte de la capital), en las que más de 500 miembros de la red Al-Qaeda, lograron escaparse en medio de enfrentamientos armados con la policía iraquí.
Durante la segunda mitad del año, la ONU ha expresado en reiteradas ocasiones su preocupación por el aumento de los atentados y la violencia religiosa en Irak, mientras que el propio Gobierno habla de "guerra sectaria".
En el último fin de semana de noviembre, al menos once iraquíes murieron y cuarenta resultaron heridos, doce de ellos en situación de gravedad, en la zona de Al Wayihia, provincia oriental de Diyala, producto de un atentado realizado contra un funeral y en un ataque contra un conocido organizador de protestas antigubernamentales.
Las comunidades sunnitas mantienen desde hace meses en las provincias en las que son mayoría protestas y acampadas contra el Gobierno chiita de Al Maliki, al que acusan de discriminar a esa rama del Islam.
Tomado: TeleSur