Oficialmente, la decisión del regreso de la delegación a Teherán se debió a la necesidad de hacer consultas; empero, tras la jugada estadounidense, el clima se volvió pesado.
El negociador iraní, Abbas Araghchi, declaró que “la jugada de Estados Unidos es contraria al espíritu del acuerdo de Ginebra”, recordando que ese mismo acuerdo prevé el compromiso de las grandes potencias (EEUU con Francia, Gran Bretaña, Rusia, China y Alemania) a no adoptar nuevas sanciones contra Irán.
“Ahora examinaremos la situación y tendremos una reacción apropiada”, añadió.
La comisario de Política Exterior de la Unión Europea, Catherine Ashton, intentó calmar las aguas, asegurando que las negociaciones se reanudarán pronto.
“Es evidente que a causa de la complejidad de los temas técnicos a tratar, explicó uno de sus voceros, quedó claro para todos que se precisa más trabajo”, amplió.
El intento de Ashton fue congelado por una intervención brusca de Rusia, a la cual no le agradó la decisión del presidente estadounidense Barack Obama de avanzar sobre el frente de las sanciones en un momento tan delicado.
“La decisión por parte de Estados Unidos de ampliar la lista negra de personas y empresas que apoyan con sus actividades el programa nuclear de Teherán podría hacer fracasar el acuerdo de Ginebra sobre el capítulo nuclear iraní”, dijo, a su vez, el canciller ruso, Serguei Lavrov. Así, al final de una jornada muy difícil, le tocó al secretario de Estado estadounidense, John Kerry, ostentar optimismo y buscar tener un hilo de diálogo con todos sus interlocutores.
“Veníamos de días duros en Viena. Estamos haciendo progresos, pero ahora, dijo Kerry durante su visita a Tel Aviv, creo que estamos en un punto en el cual la gente siente la necesidad de consultarse y tomarse un momento de pausa”.
El funcionario norteamericano reiteró que “existe la expectativa por parte de todos que las tratativas avancen, sigan en los próximos días y se proceda a la ejecución plena del plan”.
(Con información de ANSA)
Tomado: tercerainformacion