viernes, 29 de junio de 2012

¿Álvaro Uribe dónde estuvo?



Cuando durante sus dos mandatos “la Casa de Nari” se convirtió en una empresa criminal, según lo dijo la fiscalía. Al referirse a los casos de chuzadas, falsas desmovilizaciones, entrada de delincuentes por el sótano, sin que hasta ahora se conociera el caso Santoyo, quien es acusado por una Corte de EEUU, por cargos de narcotráfico en complicidad con la “oficina de Envigado”.

Si bien el ex presidente afirmó que no tuvo ninguna injerencia en la designación de Santoyo como su jefe de seguridad, y negó cualquier conocimiento sobre sus actividades ilegales: “A mí nadie me habló mal del general Santoyo”, le correspondía como jefe indagar sobre las actividades de dicho general, más todavía, cuando se trataba de su jefe de seguridad. Sin embargo, aunque Uribe pretenda desligarse del general Santoyo la relación existía antes de su llegada a la presidencia cuando Uribe fue gobernador de Antioquía, por lo que es imposible que Uribe no estuviera al tanto de las actividades del general o conociera su hoja de vida, alguna anotación sobre su conducta debería existir (destitución por intercepetaciones ilegales, vinculos con el paramilitarismo). Aquí surge una pregunta  ¿al ex presidente no le importaba saber quién lo rodeaba a sabiendas los problemas de seguridad que implica ser jefe de Estado? Pero tenemos que creerle, pues él afirma ser “transparente” sobre todo cuando se trata de temas de Estado, oposición política, derechos humanos, paramilitarismo, corrupción al más alto nivel, clientelismo, chuzadas, agro ingreso, yidispolítica, falsos positivos. Ocurridos durante sus mandatos, pero que él jamás tuvo conocimiento alguno ni escucho rumores de pasillo.

Al presidente los rumores sobre las casi dos mil interceptaciones ilegales hechas por Santoyo, entre diciembre del 1997 y febrero de 2001 en Medellín, no le alcanzaron a llegar a su despacho, alguien interesado en ocultarle la información la desvío, ¿pero que intereses tendría?,  o porque el jefe de Estado se empeño en mantener a Santoyo, como su jefe de seguridad, sabemos que el ex presidente no es alguien a quien se le pueda imponer una orden mucho menos cuando se trata de su seguridad, será que fue víctima de un engaño y durante sus mandatos vivió alejado de esos “rumorcitos” que rodeaban a su equipo de trabajo “bobaditas” a las que no había que prestarle demasiada atención, la oposición que quería desprestigiarlo (terroristas miembros de LAFAR). 

Lo que llama la atención sobre el caso Santoyo, es que en Colombia no exista una orden por la fiscalía a rendir indagatoria sobre los nexos con el paramilitarismo, las chuzadas ilegales, casos de los cuales jamás se conocerán en el país. Por el contrario después de haber sido removido del cargo, el senado lo ascendió a general, con el beneplácito del “mejor policía del mundo”, el general Naranjo versado en temas contra la criminalidad organizada, nunca sospecho las andanzas del general que por lo menos compartían la misma institución.  Por ahora, tendremos que esperar que sea EEUU, que imparta justicia y decida la situación del general.

Pero, esta no es la primera vez que el ex presidente dice desconocer las actividades ilegales de sus subalternos, como en los casos de Jorge Noguera, Salvador Arana, María del Pilar, sin ir más lejos los embajadores que paseo por el mundo tratando de impedir cualquier investigación que los comprometiera, los congresistas investigados y condenados por parapolítica; como su primo Mario Uribe y los nexos que según algunos paramilitares han afirmado sostenían, sin contar los casos de su cuñada y sobrina vinculadas con el carte de sinaloa y pedidas en extradicción. Estos hechos, ponen en duda su comportamiento como ciudadano, jefe político y jefe de Estado.

 Aquí se podría pensar, que el ex presidente fue utilizado por una empresa criminal, (buenos muchachos) que lo manipulo para infiltrar al Estado  y con ello poner la institucionalidad en manos criminales. Entonces se estaría hablando más de la incompetencia como mandatario, que repartió el poder entre sus conocidos y cercanos colaboradores, que resultaron ser delincuentes. Para dedicarse a otras actividades como por ejemplo cuidar de sus haciendas, los consejos comunales que ocupaban la mayor parte de su tiempo (trabajar y trabajar), recibir visitas de delincuentes por el sotano, sin contar la diplomacia que tuvo que hacer para que EEUU, firmara el TLC, sin muchos logros, o la guerra personal que desato en contra de LAFAR, si esto lo mantuvo realmente ocupado entonces la pregunta que surge es ¿quién debe asumir la responsabilidad administrativa que se le asignó a Álvaro Uribe?