Uno de los principales
aspecto que impone la implementación del modelo neoliberal, es la poca
capacidad que tiene el Estado en cuanto a administrar lo público, de ahí que esta
función correspondiente al Estado sea delegada a entidades privadas, donde lo
importante no es su función ni el servicio que presten sino las ganancias que deja
esta actividad a los empresarios, inversionistas, grupos financieros,
multinacionales entre otros.
Al Estado dejar en
manos privadas su razón de ser, este pierde autonomía y su ejercicio político
se limita en cuanto obedecer las órdenes que le dictan los organismos
internacionales (FMI, BID, OMC,), las corporaciones y la más reciente adhesión
a la OCDE, sin contar con las exigencias que lleva la firma de TLC.
De esta misma manera,
operan las formas de cooperación como la ayuda que presta EEUU, en su lucha en
contra de la subversión en cubierta con el discurso de lucha en contra del
tráfico ilegal de drogas o la nueva cooperación con la OTAN o los tratados
internacionales como la extradición, que permite que otro país juzgue a los colombianos,
lo que demuestra la poca capacidad que tiene el Estado de administrar justicia
y de hacer eficientes sus propias leyes.
Este manejo que el
gobierno le ha dado a lo público, ha generado el derrumbe del sistema que
cohesiona al Estado como son las políticas sociales, entendidas en educación,
vivienda, salud y la prestación de los servicios básicos de acueducto,
alcantarillado, energía, lo que define el desarrollo y el potencial de un país.
Pero si estos servicios se dejan en manos privadas el desarrollo y el
crecimiento del país se verá afectado por las asimetrías que deja el propio
sistema.
Como respuesta a ello
el gobierno pretende hacerle frente a la reforma que necesita la educación y a
las propuestas estudiantiles de educación gratuita, otorgarle solamente a 10.000
colombianos el derecho a la educación gratuita, con ello muy seguramente
pretende decir que se trata del gobierno de la equidad, los profesionales que
allí se formen saldrán más pronto de la pobreza y contribuirán con el desarrollo del país,
según dice Santos.
Pese a esta iniciativa
la educación pública sigue estando en los últimos lugares, sin olvidar que un
número muy reducido de estudiantes que terminan el bachillerato llegan a la
universidad y terminan una carrera. Por el contrario la educación privada ha
venido creciendo de forma exponencial, no por su buena formación sino por la
forma como han aparecido centro de educación superior o universidades de
garaje, que crecen sin ningún control ni supervisión del ministerio de
educación. Esto explica los bajos niveles en las pruebas de educación no solo
las PISA, sino a nivel nacional.
La fórmula del gobierno
parece ser según lo ha planteado, capacitar a algunos maestros, lo que parece
contrario es que el gobierno haya manifestado que los mejores colegios serán de
donde se escogen los profesores para capacitarse, no debería ser mejor
capacitar a los maestros donde se necesita mayor profesionalismo por el bajo
nivel escolar.
A la par con este
crecimiento las universidades públicas han venido deteriorando su planta
física, no se han construido nuevos edificios o sedes con el fin de llevar la
educación a nuevas regiones o lugares apartados, sin contar con que en el país
hace más de dos décadas que no se construye una universidad pública ni existe
un proyecto a largo plazo para fortalecer alguna sede o crear una nueva. O
nuevos programas acordes con el desarrollo o implementación de nuevas
tecnologías que permitan mejor competitividad.
Lo mismo ocurre con la
salud, el gobierno le entregó el sistema de salud a las entidades privadas, con
ello dejó la obligación que le corresponde, con lo que el sistema de salud
colapso, debido a las malas prácticas empresariales que convirtieron la salud
en un negocio muy rentable para unos cuantos empresarios. Mientras que las
clínicas y hospitales se atiborran de pacientes que compiten por una cita, un
tratamiento médico o peor aún por un cupo en algún hospital o por la atención a
tiempo.
Esta crisis en la salud
ha llevado a que un gran número de pacientes mueran antes de tener un
tratamiento oportuno o medicamento o la falta de personal especializado para
atender su dolencia. Frente a este hecho el gobierno no le ha dado paso a una
reforma de la salud, por lo que el sistema solo beneficia a unos cuantos y los
demás tendrán que esperar. Igual con el tema de la educación mientras se
cierran hospitales públicos no se construyen nuevos ni se amplían los centros
de salud, las empresas privadas abren clínicas y hospitales sin ningún control
del Estado.
Por otro lado, está el
déficit habitacional de los sectores populares, para ello el gobierno planteó
la política de 100 mil viviendas gratis por año, que deberán ser entregadas a
los colombianos que se encuentren en la extrema pobreza, vale decir, que hasta
ahora este programa no ha cumplido ni siquiera con las 100 mil primeras casas,
sin hacer referencia sobre el tamaño, el tipo de construcción, materiales y la
creación de toda una infraestructura adecuada para que estas familias salgan de
la pobreza extrema.
Sin duda estos
elementos configuran el colapso de las políticas públicas, donde el gobierno ha
venido fortaleciendo la inversión privada, dejando en manos privadas el soporte
que sostiene la estructura del Estado, a falta de reformas paliativos que no
contribuyen a fortalecer la estructura social del Estado