miércoles, 16 de enero de 2019

EE.UU. y la «fuerza del bien» de Pompeo

Es posible que ni el propio secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, se creyera lo que estaba afirmando: «Estados Unidos es una fuerza del bien en Oriente próximo».
Sus palabras, pronunciadas en El Cairo, coinciden con la anunciada salida de las tropas estadounidenses de Siria (país donde jamás debieron estar por cuanto nunca el Gobierno legítimo sirio lo pidió) y que ahora parece formar parte, más que de una política coherente de la administración Trump, de una jugada estratégica del mandatario que aspira a reelegirse el próximo año y pretende hacerlo a través de «golpes de efecto» mediáticos.
Incluso, el anuncio ha sido precedido de bombardeos de su aviación contra esa nación en nombre de una llamada coalición, donde ya suman cientos los niños, mujeres y otros civiles muertos por la metralla yanqui.
Otro elemento que resulta incoherente es que Trump escogiera a Irak, país vecino con Siria, al que realizó una visita relámpago a fin de año y donde no se reunió con las autoridades locales, para decirle a sus casi 10 000 soldados destacados allí, que ellos permanecerían en ese país y podrían incursionar en Siria de ser necesario.
Pompeo reconoció, en su discurso en la Universidad de El Cairo, que  «Hemos aprendido que cuando Estados Unidos se retira, a menudo hay caos».
Al respecto debió detallar que luego de la invasión y ocupación norteamericana en Irak, donde un millón de personas murieron o fueron mutiladas, ha sido la anarquía y la inestabilidad el denominador común, además del saqueo de recursos por parte de transnacionales petroleras.
El Secretario de Estado quiso tranquilizar a los aliados de Washington al decir que su país sigue comprometido con el «desmantelamiento total» del Estado Islámico, a pesar de la decisión de Trump de retirar las tropas de Siria.
En respuesta a esas declaraciones, el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, escribió en Twitter que en realidad ocurre lo contrario. «En cualquier momento y lugar donde interfiere Estados Unidos, sigue el caos, la represión y el resentimiento», aseguró.
Hay una realidad que ni los más torpes políticos norteamericanos pueden ignorar: a partir de que el expresidente George W. Bush «inventara» una justificación y atacara, invadiera y ocupara Irak, el mundo está más inestable y la paz no pasa de ser una quimera.
También Estados Unidos  lanzó la guerra contra Afganistán, más tarde contra Libia y todavía hoy contra Siria. Parece que vivimos en un mundo a la deriva y cualquier país puede resultar la próxima víctima, no importa que el actual mandatario no lleve el apellido Bush, sino el de Trump.
Decir que «Estados Unidos ha sido la fuerza del bien» para las naciones del Oriente próximo, equivale a la más exagerada de las mentiras por parte de un funcionario de alto rango, en nombre de un gobierno para nada creíble.
La política exterior estadounidense no solo es incoherente, sino que también está presa de una gran cantidad de frentes abiertos, incluyendo a lo interior de su país, donde hay 800 000 empleados del Congreso que llevan más de 20 días sin cobrar por la tozuda posición del presidente Trump de no firmar el presupuesto para el 2019 si los demócratas no aprueban los casi 6 000 millones de dólares que pide el mandatario para construir un muro fronterizo que separe a Estados Unidos y México, como parte de su plan antinmigrante «tolerancia cero».

POSIBLE  PRIVATIZACIÓN DE LA GUERRA
Un elemento discordante con la anunciada salida de las tropas norteamericanas de Siria tiene que ver con el regreso a la escena militar del Oriente Medio de la excompañía Blackwater, tristemente célebre en sus andares por Irak, con una composición de mercenarios y agentes de la cia vinculados en asesinatos y otros crímenes contra la población de ese país.
«Estamos llegando», fue el mensaje de advertencia recién lanzado por la citada empresa, luego de la decisión de Trump de retirar tropas de Siria y Afganistán, reporta Hispantv.
La compañía militar, que tras los numerosos escándalos en los que ha estado involucrada cambió su nombre por el de Academi, ha publicado el anuncio de su regreso en la edición impresa de enero/febrero de la revista de caza y armas Recoil. 
Erik Prince, fundador de Blackwater –expulsada anteriormente del territorio afgano por el expresidente del país asiático Hamid Karzai– había propuesto nuevamente la privatización de las operaciones castrenses estadounidenses en Afganistán, por lo que Trump expresó su interés, según la propia fuente.
Se da como muy posible que tras el anuncio de la retirada de los soldados de Siria, el mandatario norteamericano tenga en mente un plan para que se instalen allí estas compañías mercenarias y con ello la guerra sea privatizada.
Al respecto, James Mattis, quien renunció a ser secretario de Defensa tras la decisión inconsulta  de Trump de retirar las tropas de Siria, expresó: «Cuando los estadounidenses ponen en peligro la credibilidad de su nación, privatizarla probablemente no sea una buena idea».
Prince, principal partidario de que la guerra se privatice, es decir, que se convierta en un gran negocio de millonarias ganancias, ha mantenido conversaciones con Trump sobre el tema.
En su historial, la citada empresa se ha destacado lo mismo en la matanza de civiles en Irak y Afganistán, que por la firma de grandes contratos, uno de ellos por 27,7 millones de dólares con el Pentágono en el año 2003; y un año más tarde recibió 320 millones de dólares por sus servicios en Irak, país por el que pasaron más de 30 000 empleados de esa entidad.
De igual forma, colaboró con la cia en un programa secreto de asesinatos y otras operaciones encubiertas hasta 2012, por lo que recibió 250 millones de dólares.


Intervenciones militares estadounidenses en los últimos 20 años:
1989: Panamá: A mediados de los años 80, cuando Panamá comenzó a desarrollar una política exterior independiente y exigió la transferencia del control del Canal, Estados Unidos comenzó a ejercer una fuerte presión diplomática, de sanciones económicas, tratando de llevar a cabo un golpe de Estado.
1991: Irak: Tras las acciones de Irak contra Kuwait, y luego de la convocatoria del Consejo de Seguridad de la onu,  se formó una coalición  liderada por Estados Unidos, que en 1991 lanzó la operación militar Tormenta del Desierto.
1993: Somalia: A principios de los años 90 Somalia fue escenario de una caótica guerra civil y de una catástrofe humanitaria. Fueron enviadas al país fuerzas de paz de la onu y comenzó con el desembarco de las unidades del Cuerpo de Marines de Estados Unidos en la capital Mogadiscio.
1995: Yugoslavia: El Consejo de Seguridad de la onu no aceptó una resolución que habría autorizado el uso de la fuerza por parte de la otan,  Estados Unidos y sus aliados de la otan adoptaron una posición antiserbia y en 1995 se llevaron a cabo bombardeos aéreos por aviones de la otan.
1998: Afganistán y Sudán: En 1998 en Tanzania y Kenia fueron cometidos actos de terrorismo contra las embajadas de EE.UU. En respuesta, Estados Unidos lanzó la operación Alcance Infinito.
1999: Yugoslavia: Bajo el pretexto inventado por Washington de la limpieza étnica y con la exigencia de la «retirada de las tropas serbias de la región serbia autónoma de Kosovo y Metohija», en marzo de 1999 comenzó la operación Fuerza Aliada contra la capital de Yugoslavia, Belgrado, y otras ciudades del país europeo.
2001(hasta hoy): Afganistán: Después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001, el presidente George W. Bush ordenó en octubre de ese año los ataques con cohetes y bombardeos a Afganistán. Las fuerzas terrestres estadounidenses aún se encuentran en esa nación.
2002(hasta hoy): Pakistán, Yemen, Somalia: El uso de drones se ha convertido en una parte integral de la estrategia de guerra de EE.UU. contra grupos terroristas. Desde 2002 varias modificaciones de aviones no tripulados atacaron los territorios de Yemen, Pakistán y Somalia.
2003: Irak: Las autoridades de ee. uu. aportaron pruebas falsas para tratar de convencer al mundo de que Irak desarrollaba armas de destrucción masiva y en marzo de 2003 puso en marcha la operación Libertad Iraquí, consistente en invasión, bombardeos y ocupación de ese país, donde todavía hay unos 10 000 militares norteamericanos.
2011: Libia: En febrero de 2011 en Libia estalló el conflicto armado entre las fuerzas del gobierno liderado por Muammar Gaddafi y grupos de la oposición. Los países de la otan lanzaron bombardeos contra las fuerzas e instalaciones gubernamentales en la nación. Oficialmente la guerra terminó con la muerte de Gaddafi en octubre de 2011. Pero aún hoy el país está dividido y desestabilizado.
2014: Siria: La guerra en Siria, con el consentimiento de ee. uu. y sus aliados, ha dejado en siete años más de 500 000 personas muertas, en su mayoría civiles. Se estima que más de 11 millones de sirios fueron desplazados, entre ellos seis millones internamente y cinco millones son refugiados en otros países. Estados Unidos, además de apoyar a grupos terroristas que luchan por derrocar al Gobierno sirio, ha ocupado ilegalmente parte del país con unos 2 000 militares, hoy en retirada por orden del presidente Donald Trump.

Fuentes: RT y Telesur.
Tomado: Granma