El 21 de diciembre de 1949 nació Thomas Sankara en el entonces Alto Volta, África Occidental Francesa, y en el septuagésimo primer aniversario de su natalicio académicos e historiadores destacan su legado como revolucionario y promotor del panafricanismo.
El escritor y africanista Antonio Lozano, citado en un artículo publicado en el diario español El País, afirmó que «siempre que se habla de transformación en África, o en muchas ocasiones, está detrás el proyecto de Sankara”.
El líder revolucionario de Burkina Faso “es una realidad presente en muchos colectivos juveniles y una necesidad de futuro para la transformación del continente”, aseveró el especialista.
Presidente a los 33 años
Sankara, un capitán militar, fue presidente de Burkina Faso de 1983 a 1987. Tomó el poder a los 33 años de edad al frente de una rebelión militar respaldada por la población, con el objetivo de acabar con la corrupción de los políticos.
Murió el 15 de octubre de 1987 asesinado a tiros. Su mejor amigo y compañero de armas, Blaise Compaoré, lo traicionó y tomó el poder mediante un golpe de Estado.
La deuda, un instrumento colonial
Dos meses antes de su muerte, Sankara aprovechó el escenario de la XXV Conferencia de la Organización para la Unidad Africana (OUA) para abordar el tema de la deuda, calificándola como un instrumento colonial para estrangular y mantener en la pobreza a los países del Tercer Mundo.
Durante su gobierno de cuatro años, se planteó como prioridad paliar el hambre de la población, en especial en el campo; asegurar diez litros de agua a cada habitante de Burkina Faso (que significa Tierra de hombres dignos); fomentar la escolarización y consolidar un sistema mínimo de salud en cada pueblo de la nación africana.
Austeridad y feminismo
Sankara promovió la austeridad. Redujo salarios y gastos de sus funcionarios, para destinar esos recursos a los sectores sociales menos favorecidos. Como un ejemplo, cambió todos los vehículos públicos marca Mercedes por modestos Renault.
Implementó una política para lograr la liberación de la mujer. En un discurso expresó: “Mujer fuente de vida, pero también mujer objeto. Madre pero criada servil. Mujer nodriza pero mujer excusa. Trabajadora en el campo y en casa, pero figura sin rostro y sin voz. Mujer bisagra, mujer confluencia, pero mujer encadenada, mujer sombra a la sombra del hombre”.
Panafricanismo
En política exterior, el líder revolucionario fue un defensor del panafricanismo y del Movimiento de los No Alineados. Rechazó la injerencia occidental y condenó la intervención soviética en Afganistán. Simpatizó con Cuba y con la revolución sandinista en Nicaragua, y se solidarizó con la causa palestina.
Tomado: Tercerainformacion.