La guerra de Ucrania ha visibilizado, estas últimas semanas, la situación de las mujeres en caso de un conflicto armado: la agresión de Rusia a este país del este de Europa ha supuesto el desplazamiento en pocos días de más de un millón y medio de mujeres y sus hijos e hijas, convirtiéndolas en las únicas responsables de las familias fuera de lo que ha sido su hogar y su entorno. Otras muchas, permanecen en su mayoría ocultas en sótanos dentro del país. Como ellas, millones de mujeres viven hoy, 8 de Marzo, huidas o en riesgo de sufrir violencia en conflictos por todo el mundo, subraya Alianza por la Solidaridad-ActionAid. “Son ucranianas, pero también afganas, sirias, malienses, palestinas o colombianas, entre otras muchas” dice Cristina Muñoz, directora de la organización y experta en acción humanitaria.
Con motivo del Día de la Mujer, la ONG recuerda que, según los últimos datos de ACNUR, a finales de 2021, había unos 30 millones de mujeres y niñas desplazadas en el mundo, muchas de ellas por violencia armada, un número va en aumento y que exige extremar las precauciones para evitar los impactos que las guerras tienen especialmente sobre ellas debido a su género.
Así mismo, Alianza-ActionAid reivindica el papel de las organizaciones lideradas por mujeres y jóvenes, que a menudo están en primera línea de la respuesta humanitaria o liderando movimientos por la paz, y pide su inclusión en los procesos de toma de decisiones, y de negociaciones para la paz.
Como ha constatado Alianza por la Solidaridad durante más de 30 años de asistencia y apoyo a mujeres en conflictos armados, la escalada bélica es paralela, con excesiva frecuencia, a violaciones masivas grupales, esclavitud sexual, prostitución forzada o prostitución porque las mujeres se ven obligadas a ofrecer sexo para sobrevivir o a cambio de protección, “matrimonios” y embarazos forzosos.
Cristina Muñoz, destaca cómo en situaciones de guerra “a las zonas de desplazamiento llegan muchas personas voluntarias de buena fe, aunque sin experiencia, y también mucha otra gente sin ningún control, lo que puede ocultar otra realidad muy preocupante: la aparición en escena de redes de tráfico de mujeres que se aprovechan de la situación de desamparo en la que éstas llegan, solas y sin recursos, para enfrentarse a una nueva vida”. Son contextos, insiste, de muy alta vulnerabilidad.
Situación de las mujeres en conflictos armados
Alianza recuerda que a la actual crisis de refugiadas de Ucrania se suma la de las cientos de miles de mujeres que huyeron de Siria y que no han podido regresar a sus casas porque sigue la violencia o porque sus viviendas fueron destruidas. De hecho, en la zona de Idlib siguen los combates. Solo en el campo de refugiados de Zaatari (Jordania) se estima que viven unas 15.000 mujeres sirias, a las que hay que sumar decenas de miles más asentadas en diferentes municipios y viviendo desde hace más de una década en la extrema probreza. Una de las consecuencias que la ONG ha podido constatar durante estos 10 años de trabajo ha sido el aumento de los matrimonios infantiles y la violencia de género.
También en Palestina la ocupación de Israel y la violencia armada han incrementado el riesgo de sufrir violencia de género. Y lo mismo se ha detectado en la zona de Colombia donde la organización trabaja con mujeres colombianas afectadas por la violencia que no ha cesado tras los Acuerdos de Paz de 2016 y con mujeres desplazadas desde Venezuela. Según una investigación reciente en este último país, los principales riesgos a los que se enfrentan son la violencia intrafamiliar y de pareja, la violencia y explotación sexual y el tráfico de personas. De hecho, muchas mujeres han acabado en la prostitución, matrimonios a temprana edad y relaciones de pareja forzadas, especialmente en la zona fronteriza entre ambos países. Esta realidad convive con otras situaciones de amenazas y “limpieza social” contra mujeres en esa situación de prostitución.
También en el norte de Malí, en la zona del conflicto yihadista donde Alianza trabaja con organizaciones de mujeres, la violencia de género contra no deja de aumentar desde la llegada del islamismo.
Conviene recordar que no existe ningún convenio universal de derechos humanos que se refiera específicamente a la violencia sexual, incluyendo la perpetrada en situaciones de conflicto armado. Con la única excepción de la Convención sobre los derechos del niño, los tratados universales de derechos humanos no recogen hasta ahora referencia alguna a la violencia sexual.
Las mujeres esenciales para la paz
Estos días, Alianza por la Solidaridad-Actionid está organizando el apoyo humanitario a las mujeres desplazadas desde Ucrania hasta Rumanía y Polonia, mediante la distribución de materiales de higiene personal femenina, medicamentos y otros bienes de primera necesidad. Asimismo, se tiene previsto brindar apoyo psicosocial y legal a las mujeres a su llegada, informándolas de los recursos que tienen a su disposición en caso de sufrir agresiones de cualquier índole.
“El papel de las mujeres es esencial para la paz”. Por ello, instan a las agencias de la ONU y ONG internacionales que se aseguren de que las mujeres y los jóvenes de diversas comunidades participen a todos los niveles en la toma de decisiones y la coordinación de la intervención humanitaria en Ucrania.
Ante la existencia de conflictos armados, las mujeres en todo el mundo han liderado, y lideran movimientos por la paz. Sin embargo, en la gran mayoría de los escenarios las mujeres se ven excluidas de toda contribución. En 2020, las mujeres representaban solo el 23 % de las delegaciones que formaban parte de procesos de paz dirigidos o codirigidos por las Naciones Unidas.
Tomado: tercerainformacion