El gobierno de Israel tuvo finalmente que escuchar todo un arsenal de pruebas, que Sudáfrica presentó ante la Corte Internacional de Justicia, CIJ, de La Haya, mediante las cuales pretende convencer al alto tribunal que el Estado sionista mantiene un patrón de conducta genocida contra el pueblo palestino, por el que debe ser sancionado. Además, el argumento central de Israel de que simplemente actúa en legítima defensa, no es más que un pretexto para aplicar una política de exterminio contra los palestinos.
La acusación se formalizó el pasado 11 de enero en el marco de una audiencia de dos días, en el segundo de los cuales se escucharon las razones del gobierno de Netanyahu para mantener la agresión contra el pueblo palestino.
“Ningún ataque armado en el territorio de un Estado, por muy grave que sea, justifica que se vulnere la Convención (para la Prevención de Genocidios). La respuesta de Israel al ataque (de Hamas) cruzó esta línea”, aseguró el ministro sudafricano de Justicia, Ronald Lamola, al sustentar la petición de su país de que se decreten medidas cautelares que impongan un cese de hostilidades en Gaza y se proteja la vida de la población civil.
Métodos de exterminio
La denuncia de Sudáfrica está contenida en un documento de ochenta y cuatro páginas en el que se detallan minuciosamente los crímenes de guerra por parte de Israel desde el 7 de octubre pasado. El Estado sionista ha asesinado a más de veintitrés mil palestinos, de los cuales nueve mil seiscientos son menores de edad, y ha dejado cerca de sesenta mil heridos desde la fecha, puntualiza el documento.
Asimismo, ha acabado con la infraestructura de la Franja de Gaza casi en su totalidad y ha aplicado otros métodos de exterminio que están tipificados como genocidio, según el Derecho Internacional. Es por esto que Sudáfrica ha presentado este caso, alega Lamola.
De acuerdo con los alegatos de la demanda, el objetivo israelí es destruir la población palestina, no es un acto de autodefensa. Lo corrobora el hecho de que a estas alturas del conflicto el 85 por ciento de la población palestina ha sido desplazada por la fuerza.
Llama la atención que la acción humanitaria de Sudáfrica, al buscar la atención del alto tribunal de Justicia de las Naciones Unidas, provocó de inmediato una ola de respaldo a las motivaciones sudafricanas y de repudio a la agresión israelí.
Cumbre islámica
En una cumbre en Teherán, capital de Irán, que concluyó el 10 de enero, los representantes de los parlamentos islámicos coincidieron en señalar que Israel debe ser juzgado por genocidio ante tribunales internacionales.
Al concluir la quinta reunión de emergencia del Comité Permanente sobre Palestina, en la Unión Parlamentaria de los Estados miembros de la Organización de Cooperación Islámica, los participantes han destacado que abordaron las brutales agresiones del régimen sionista contra el pueblo palestino, que resultaron en el martirio de miles de personas incluido un número significativo de mujeres y niños, así como la destrucción de una extensa zona de Gaza y toda su infraestructura vital.
Al momento de iniciarse la audiencia de la CIJ los días 11 y 12 de enero, más de ochocientas organizaciones políticas, sociales, humanitarias de distinta índole, expresaron su respaldo a la acusación de Sudáfrica contra Israel por los delitos de genocidio y discriminación racial.
“Aunque muchos grupos legales y de derechos humanos han estado trabajando y utilizando varios mecanismos del Derecho Internacional, percibimos la necesidad de aumentar el apoyo a estos esfuerzos por parte de movimientos sociales y organizaciones con enfoque de derechos humanos, anticolonialismo y antiimperialismo, como forma de maximizar la presión de los pueblos del mundo frente a las potencias globales y frente a nuestros respectivos gobiernos”, señala la declaración de un sector mayoritario de estas organizaciones.
Simpatías con la postura sudafricana
En América Latina, entre tanto, se dio un fuerte respaldo a las reclamaciones de Sudáfrica. El 7 de enero, el gobierno de Bolivia difundió un comunicado en el que expresa públicamente su apoyo a la gestión de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia. Bolivia muy temprano alzó su voz de solidaridad con el pueblo de Gaza, y a diferencia de otros gobiernos, que llamaron a consultas a sus embajadores en Tel Aviv, Bolivia optó por romper relaciones con el régimen de Netanyahu.
Siguiendo el ejemplo de Bolivia, el 14 de noviembre pasado Belice anunció su rompimiento de relaciones con Israel. En las horas previas al inicio de la audiencia en La Haya, se produjeron voces de respaldo a Sudáfrica por parte de los gobiernos de Colombia, Venezuela, Brasil, Cuba, Nicaragua y Costa Rica. México, además, reclamó un alto el fuego permanente en Gaza.
La cancillería colombiana divulgó un comunicado en el que expresa con claridad meridiana la postura de la Casa de Nariño: “El gobierno de Colombia, bajo el mandato del presidente Gustavo Petro Urrego, saluda la demanda presentada contra Israel en la Corte Internacional de Justicia, en La Haya, por la violación de disposiciones de la Convención de 1948 Contra el Genocidio, por parte de ese país.
“Como lo ha sostenido el presidente Petro, desde el inicio mismo de la sangrienta fase del conflicto en Palestina, es bien claro que las acciones y medidas adoptadas por el gobierno de Israel configuran actos de genocidio.
“En su condición de Estado, Israel está obligado a prevenir y evitar a toda costa estos tipos penales internacionales y, en consecuencia, el incumplimiento de parte suya de esos compromisos conlleva su responsabilidad frente al mundo entero”, asegura en su declaración el gobierno colombiano.
Publicado en Semanario Voz