Tras la expulsión del grupo terrorista Estado Islámico (EI) del barrio Taimuz, en el oeste de Mosul, las fuerzas iraquíes descubrieron una cárcel secreta subterránea, donde tenían encerradas cerca de 25 mujeres.
Cinco días después de que el distrito fue reconquistado de las manos del grupo terrorista, la agencia EFE tuvo acceso al interior del complejo carcelario con las fuerzas de Respuesta Rápida de la Policía Federal iraquí, que combaten en primera línea de la batalla por el control de la mitad oeste de la urbe, donde el EI aún domina algunas zonas.
La cárcel, ubicada en el sótano de una vivienda, parece una cripta, dividida en celdas en su mayoría de cuatro por cinco metros, separadas por paredes de hierro grueso.
En el espacio, ubicado bajo una casa de 100 metros cuadrados, fueron encerradas las mujeres, que según los documentos requisados en la cárcel, fueron acusadas de robo o adulterio, dos «pecados mayores» para EI y que son castigados por los terroristas con la cárcel y hasta la lapidación.
Algunas fueron encerradas por levantarse el «jimar», velo musulmán que cubre toda la cabeza, incluida la cara y los ojos, cuando estaban de compras, una infracción por la que los terroristas también suelen castigar a las mujeres con 30 latigazos.
Otras fueron acusadas de espionaje a favor del Gobierno iraquí y de usar teléfonos móviles, algo que fue prohibido a lo largo de los más de tres años de dominio del EI de Mosul, según explicó el comandante de la unidad de Respuesta Rápida, Abdul Rasu Hadi al Jazali.
Tomado: Granma